Los forenses que, desde el pasado domingo, analizan el cadáver de Esther López trabajan sin descanso para tratar de averiguar la causa última de la muerte. El informe preliminar determinó este lunes que la joven presentaba "signos de violencia compatibles con traumatismos sufridos antes de su fallecimiento", tal y como adelantó El Norte de Castilla.
Concretamente, según han confirmado a Libertad Digital fuentes cercanas a la investigación, la joven habría sufrido una hemorragia interna provocada por un politraumatismo en la zona abdominal y torácica. La gran pregunta en estos momentos es qué le provocó dicho politraumatismo y los expertos manejan tres hipótesis: que se cayera de una altura importante, que fuera víctima de una paliza o de un atropello.
A pesar de que, por ahora, la autopsia no arroja un resultado concluyente, los últimos movimientos de la Guardia Civil parecen apuntalar esta teoría: la zona donde se encontró el cuerpo ha sido acordonada de nuevo y la Benemérita ha vuelto a realizar este mediodía trabajos de medición sobre la calzada similares a los que se llevan a cabo en el escenario de un accidente de tráfico. Además, los agentes han hecho diferentes pasadas con un vehículo, tomando a distintas velocidades la curva situada junto al punto de la cuneta donde apareció el cuerpo de Esther.
¿El cuerpo siempre estuvo ahí?
"Esto no quiere decir que la causa esté clara. Simplemente, que el atropello es una posibilidad y, por tanto, es necesario hacer todo lo posible para reforzar o descartar esta hipótesis", explican a LD fuentes policiales. De ser así, lo más razonable sería pensar que el cuerpo ha permanecido allí desde el mismo día de su desaparición y, aunque los vecinos de Traspinedo insisten en que es imposible que nadie la viera durante 24 días, los investigadores no lo descartan.
De hecho, la única evidencia de la que se dispone es que las batidas oficiales no pasaron por ese punto. "Una de las zonas que se ha batido estaba muy próxima, estaba colindante, pero no era ese punto exacto", aseguró el domingo el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Emilio Álvarez. Lo que sí parecen tener claro los forenses es que la joven ha permanecido todo este tiempo a la intemperie, ya sea en el punto donde fue localizada o en cualquier otro lugar.
¿Atropello accidental o intencionado?
En caso de que se tratase finalmente de un atropello, la investigación se antoja igualmente larga. Para empezar, porque habría que determinar si fue accidental -hay que recordar que era de madrugada y la joven vestía de negro- o intencionado. Pero, además, porque, en dicho caso, la Guardia Civil aún tiene que averiguar quién pudo ser el homicida -imprudente o no-, que se dio a la fuga.
La hipótesis del atropello -sobre todo si fue fruto de una imprudencia- no excluye a ningún vecino de la zona. Sin embargo, hasta ahora la Benemérita ha centrado sus esfuerzos en interrogar a más una decena de personas que estuvieron con la joven el día de su desaparición, y las sospechas se ciernen fundamentalmente sobre dos hombres: un pequeño traficante llamado Ramón, "El manitas", y su amigo Óscar, el último que la vio con vida.
Los sospechosos
El primero de ellos ha sido puesto en libertad tras pasar seis días en el calabozo, aunque con la obligación de comparecer diariamente ante la Guardia Civil. Reconoció que la joven había dormido en alguna ocasión en su casa, pero asegura que hacía dos o tres meses que no la veía.
Óscar, su amigo, nunca ha estado detenido. Sin embargo, ha ofrecido hasta tres versiones distintas de por qué dejó a la joven en medio de la carretera: primero dijo que se había enfadado porque él no quería seguir de fiesta, después que Esther había quedado con otra persona en aquel cruce y, por último, que le había dicho que iba a buscar a Carlos, otro amigo que se había bajado anteriormente del vehículo en dirección a su casa. El coche de Óscar fue inspeccionado tras la desaparición, pero los agentes no encontraron absolutamente nada: ni siquiera parecía haber polvo en las alfombrillas, lo que podría indicar que había limpiado el vehículo después de aquella fatídica noche.
El otro amigo, Carlos, tampoco se ha alejado completamente del foco policial, máxime teniendo en cuenta que, en su última versión, Óscar asegura que Esther se despidió de él para ir a buscarle. Sin embargo, sus hijos parecen haber corroborado que llegó a casa antes de la hora en la que teóricamente la joven se bajó del coche.
Expertos consultados por Libertad Digital confían en que la autopsia pueda arrojar datos más concluyentes en un plazo máximo de 24-48 horas y recuerdan que son muchas más las pruebas que se están practicando en estos momentos. Entre ellas, el análisis del terreno donde fue localizada -lo que podría determinar cuánto tiempo llevaba la joven allí tirada- y las imágenes captadas por los drones en las horas posteriores a su desaparición. En caso de que hubieran grabado el punto exacto donde fue localizada, servirían para comprobar si el cuerpo de Esther estaba allí desde el primer momento o, si como defienden los vecinos, pudo ser trasladada a posteriori.