La invasión rusa de Ucrania ha intensificado el debate entre los países miembros de la Alianza Atlántica en torno a la inversión en Defensa que vienen realizando en los últimos años y lo que deberían invertir en el futuro. En la cumbre de Cardiff de 2014, los países miembros alcanzaron un acuerdo para llegar a una cifra de inversión del 2% de su PIB para 2024. En el estimado de 2021, sólo 7 países de los 27 superaban esa cifra, aunque había tres rozándola.
La mayor inversión en Defensa la realiza Estados Unidos, con el 3,42% del PIB en 2021 (es una estimación inicial hecha el pasado mes de junio, pues el definitivo del año pasado no se sabrá hasta dentro de un par de meses). Del resto de los siete que estaban por encima de ese 2% están buena parte de los países del Este, que se han tomado desde hace años con mucha seriedad la amenaza rusa.
Alemania ha sido el gran protagonista del giro dado por muchos países tras la invasión rusa de Ucrania. Ha anunciado que alcanzará el 2% en breve –el estimado de la OTAN de 2021 le daba un 1,36% de su PIB-, ha puesto a disposición de sus estrategas militares una bolsa de 100.000 millones para inversiones y en las últimas horas ha decidido ya la última modernización de su Fuerza Aérea con la compra de 35 cazas de combate F35A y 15 Eurofighter Typhoon más.
El Gobierno de España también ha mostrado su predisposición a aumentar su inversión en Defensa. De hecho, el propio Pedro Sánchez lo ha reiterado en la noche de este lunes durante una entrevista con La Sexta desde el Palacio de La Moncloa, pero la realidad es que ha mentido sobre los datos reales de la situación española. Una situación que está llevando a las Fuerzas Armadas a la peligrosa línea roja de la inoperatividad desde hace años.
El presidente del Gobierno ha afirmado, sin ruborizarse en ningún momento, que cuando él llegó al Palacio de La Moncloa –un hecho que se produjo en 2018– se estaba destinando en España una inversión del 1,25% del PIB. Tras esto, ha asegurado que actualmente se está destinando el 1,44% del PIB a la inversión en Defensa y que sigue vigente el compromiso con la OTAN de alcanzar la cifra del 2%.
La realidad es que el año que Pedro Sánchez llegó al Palacio de La Moncloa se estaba muy lejos de ese 1,25% del PIB. Según las tablas de la Alianza Atlántica, España invirtió ese año el 0,91 por ciento del PIB, siendo el penúltimo país en el ránking de inversiones. Sólo se superaba al diminuto Gran Ducado de Luxemburgo. En 2019, el primer año natural completo con Sánchez en la presidencia sólo se invirtió el 0,92% del PIB.
El estimado de la OTAN para 2021 elaborado el pasado junio –el estudio definitivo del pasado año no saldrá hasta el próximo mes o hasta mayo– decía que España estaba en una proyección de invertir tan sólo el 1,02% del PIB en Defensa, sólo superando una vez más a Luxemburgo. Y el leve aumento presupuestario para 2022 establece que la cifra que se invertirá este año estará en torno al 1,1% del PIB, una cifra muy lejana al 1,44% que esta noche ha dicho que se estaba invirtiendo.
Lo más llamativo es que las cifras dadas esta noche también se contradicen con las hechas públicas por el propio presidente en las dos últimas semanas, tanto tras el Consejo de Ministros extraordinario de la UE del pasado viernes como en la entrevista que dio a TVE el 28 de febrero. En ambas, dijo que España alcanzará el 1,22% del PIB en Defensa en 2024, una cifra que según lo dicho hoy ya se invertía cuando él llegó a La Moncloa y que estaría muy por debajo de lo que en la noche de este lunes ha dicho que ya se está invirtiendo –un 1,44% del PIB–.