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A partir de ahora, cualquiera "que ose contrariar al Gobierno se convertirá en un ultraderechista"

La actualidad se traslada de Ucrania a España por la huelga de camioneros, y al Sahara por la cesión de Sánchez.

La actualidad se traslada de Ucrania a España por la huelga de camioneros, y al Sahara por la cesión de Sánchez.
Transportistas en huelga a los que el Gobierno llama ultraderechistas. | EFE

El Mundo

"Pedro Sánchez se pliega ante Marruecos y entrega el Sáhara 46 años después". España dejó tirados a los saharauis hace 46 años. Y no fue Sánchez. Hoy ya nadie se acuerda de ellos. Es más, España no puede hacer nada por ellos. Hay que ser prácticos.

Dice el editorial que "supondría una grave irresponsabilidad que Sánchez hubiera adoptado esta postura que nos compromete internacionalmente sin consensuarla ni con el principal partido de la oposición". En Podemos ya sabemos, se podrán muy indignados en Twitter pero ni hablar de salir del Gobierno, de qué iban a llevar su vida de marajás. Lo mismo hasta tienen que currar y todo. Y en realidad, los saharauis se la traen al pairo, como a la inmensa mayoría de los españoles, no seamos hipócritas, para eso ya están los podemitas y el Gobierno.

"Pero este gesto puede provocar ahora una tensión insoportable con Argelia, justo cuando dependemos más que nunca de su suministro de gas". Y eso es más preocupante.

"El Gobierno enciende a los camioneros: 'Le estáis haciendo el juego a Putin'". A la ministra de Hacienda le faltó ayer llamar terroristas a los transportistas, pero le faltó muy poco, no crean, chantajistas, boicoteadores, ultraderechistas, les puso a caldo por tener el atrevimiento de hacer una huelga. Hemos visto despropósitos en el Gobierno de Sánchez, pero como este, pocos. Se ha cargado el derecho a huelga. Si se molestan en ver y escuchar a la gente que está detrás, verán que ni ultras ni chantajistas ni agentes de Putin. Gente del campo que está perdiendo sus negocios, llenos de deudas. Menuda sinvergüenza que está hecha la ministra. Como ella dispone de coche oficial y puede pagar la luz...

Santiago González también está con la boca abierta. "Radicales que utilizan la violencia. ¿Está hablando de los terroristas de ETA o de los CDR que tanta bronca vienen montando en las vías catalanas? No, son solo transportistas a los que no les alcanza para llenar los depósitos "Raquel Sánchez e Isabel Rodríguez quizá guarden memoria de la exaltación del diálogo como forma de resolver los conflictos que tanto invocaba este Gobierno, al que, según parece se le están empezando a escapar las cosas de las manos". Y no es más que el principio. "Los transportistas, la caza, los agricultores, el toro de lidia, los regantes, las cooperativas agroalimentarias, la cerveza, la leche, la carne y los pescados. Si querían que este Gobierno dialogara con ellos erraron el camino: debieron hacerse terroristas". Ahí le has dado, Santiago.

El País

"España toma partido por Marruecos en el conflicto del Sáhara". Es prácticamente imposible encontrar información sobre la huelga de transportistas en el periódico sanchista. Escondido en la sección de Economía, ni una línea en portada, pese a que es la noticia más importante del día. "Los consumidores vacían las estanterías de leche y aceite por el miedo al desabastecimiento". Siempre fiel a su amo, mezcla churras con merinas. "La huelga de transporte y la guerra de Ucrania provocan problemas de suministro en el sector alimentario, que cifra ya en 600 millones las pérdidas". "El Gobierno admite el impacto del paro pero no negociará con los huelguistas a los que acusa de "ultras" y de "hacerle el juego a Putin"". A la Marisú le faltó acusar a los transportistas de lanzar bombas sobre Ucrania. El periódico no sabe no contesta y se pone de perfil ante los insultos del Gobierno a los huelguistas. Lo normal en este panfletillo.

ABC

"Sánchez cede ante Marruecos y apoya su plan para el Sahara". "El presidente del Gobierno no tiene fácil resolver el rompecabezas al que de manera recurrente, siempre oportunista y a modo de chantaje, somete Marruecos a España desde hace lustros". "El juego de equilibrios no es fácil para España, pero la carta de Sánchez no deja de ser la expresión de una cesión y el reconocimiento de una claudicación". Hay muchos más motivos y mucho más graves para atizar a Sánchez.

"El incremento de los costes y el paro del transporte, las nuevas plagas del campo español". "Crece el temor en el Gobierno y la izquierda a perder el favor de la calle". ¿Esos millones de fachas que protestan porque no llegan a fin de mes y se quedan sin su medio de vida? Puaf, si son cuatro gatos, ni caso. Deberían convocar elecciones para comprobarlo.

Juan Manuel de Prada dice que los insultos de hoy a los camioneros, "mañana se extenderán contra agricultores y ganaderos, contra jubilados y trabajadores en precario, contra cualquier colectivo, en fin, que ose contrariar el designio de silencio en las calles que los sindicatos garantizan (sólo cuando gobiernan los suyos, por supuesto). Quienes osen denunciar las exacciones fiscales que nos empujan al empobrecimiento se convertirán en ‘ultraderechistas’. Quienes osen señalar los demoledores efectos de la subida galopante del precio de la luz y de los carburantes serán tildados de ‘ultraderechistas’. Quienes osen revelar que la inflación de los productos de primera necesidad convierte la lista de la compra en un penoso repertorio de privaciones serán señalados como ‘ultraderechistas’. Quienes estén ahogados y no pueden llegar a fin de mes se convertirán como por arte de ensalmo en ‘ultraderechistas’. Una vasta multitud ‘ultraderechista’ a la que se podrá vejar, condenar al desahucio, dejar morir de hambre, ante el silencio de los corderos". Lo dicho, salvo 23 ricachones muy progres que viven como Dios en sus chalés, viajan en Falcon y coches oficiales, todos somos fachas.

Isabel San Sebastián constata que "hace mucho que el presidente no paga un recibo de luz o de gas. Tampoco llena el tanque del coche oficial ni el depósito del Falcon. Él vive calentito en la Moncloa, donde el servicio se encarga de los electrodomésticos, y va de un sitio a otro de la forma más rápida y cómoda, ajeno al coste que generan esos lujos". Mientras, "cada vez más personas condenadas a prescindir de la calefacción, el lavaplatos o el vehículo particular, por la sencilla razón de que ya no pueden permitírselos". Ultraderechistas, fachas, cuyo objetivo es ayudar a Putin, según el Gobierno.

"A casa de Sánchez no llegan extractos bancarios con cuentas en números rojos, notificaciones de embargo, facturas pendientes o amenazas de desahucio". "Cómplices de Putin", oí decir ayer a la titular de Hacienda, María Jesús Montero ¿Se puede caer más bajo? Se puede y se caerá". Están nerviosos o se han vuelto locos.

"Sánchez se ha exiliado de la realidad. Vive al margen de sus gobernados, encerrado en un burbuja megalómana alimentada por las encuestas de su amigo Tezanos… hasta que el tsunami de indignación generado por sus políticas tenga ocasión de manifestarse en las urnas". Y esos millones de fachas le manden a tomar por saco.

La Razón

"Gesto de Sánchez para cerrar la crisis con Marruecos". Dice el editorial que "nos hallamos ante un giro histórico en la política exterior de España ante el conflicto del Sahara que no sólo provocará airadas reacciones en un sector de la opinión pública española, tradicionalmente pro saharaui, sino que puede afectar seriamente a nuestras relaciones con Argelia, país con el que mantenemos acuerdos energéticos claves. Y, pese a todo, es preciso reconocer que se trata de un cambio de posición realista que, con todas las dificultades, puede facilitar la salida a un conflicto que se prolonga desde hace casi cinco décadas, sin otro fruto que el sufrimiento de una parte de la población saharaui". Y el único que podía dar ese paso es Sánchez, ya que carece de cualquier escrúpulo.

"Lo cierto es que se pone fin a un largo período de desencuentro con Marruecos desde un punto de vista pragmático, que atienda a la realidad de los hechos y no al voluntarismo, la articulación de una autonomía amplia como la propuesta por Rabat, se nos antoja como la mejor alternativa posible. La otra es seguir condenando a mal vivir en los campos a las sucesivas generaciones de saharauis". Y, seamos sinceros, el problema saharaui no interesa nada más que a políticos y opinadores. No se puede pedir a la gente normal que pierda el sueño por algo que sucedió hace 50 años, y menos en estas circunstancias. El tema saharaui importa una higa al españolito común, y esa es la verdad la diga Agamenón o su porquero.

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