La invasión rusa de Ucrania ha acrecentado en los últimos meses el debate en torno a la inversión en Defensa que realizan los países de la OTAN. En 2014, en la cumbre de Cardiff (Gales), todos los socios alcanzaron el compromiso de llegar al 2% de su PIB para 2024. Cada país se ha tomado desde entonces con más o menos seriedad el acuerdo. Ahora, con la crisis de seguridad generada por Vladimir Putin, algunos han lamentado en público su compromiso en esta materia.
En España hemos asistido, en parte, a este fenómeno. Tanto Pedro Sánchez como Margarita Robles han anunciado que se va a incrementar de manera progresiva el presupuesto destinado a Defensa hasta alcanzar ese 2%. Y, entre medias, intentando ocultar la catastrófica inversión que se ha venido realizando en nuestro país, el propio presidente del Gobierno ha mentido abiertamente en televisión sobre los porcentajes de inversión.
Fue el pasado 14 de marzo. Durante la citada entrevista llegó a decir que cuando él llegó al Palacio de La Moncloa se estaba invirtiendo un 1,25% del PIB en Defensa y que actualmente la cuantía económica alcanzaba el 1,44% del PIB. La realidad era que cuando llegó a la Presidencia lo que invertía España era el 0,91% del PIB y la proyección realizada el pasado junio por la OTAN decía que la inversión de 2021 iba a ser del 1,02% del PIB.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha presentado este jueves el informe anual de 2021 con los datos definitivos. Y, como no podía ser de otro modo, un año más vuelven a dejar en evidencia en desastre español. España es el segundo socio que menos dinero invierte. Exactamente, el 1,03% del PIB, un cifra prácticamente calcada a la que había estimado la propia Alianza Atlántica el pasado mes de junio. Muy lejos del 1,44% del que hablaba Sánchez.
Nuestro país sólo supera en inversión a Luxemburgo, y cada vez pierde un poco más de comba respecto a Bélgica, el tercer país que menos invierte y con el que España lleva intercambiándose la penúltima y la antepenúltima posición desde hace más de un lustro. Un total de ocho países de la Alianza Atlántica ya han alcanzado y superado ese 2% del PIB comprometido en Gales y otros dos se encuentran a las puertas, con inversiones superiores al 1,85% de su PIB.
El compromiso adquirido en el seno de la OTAN establece también que, al menos, un 20% del presupuesto dedicado a Defensa debe dedicarse a partidas de inversión, con el objetivo de evitar que dentro de ese presupuesto se puedan meter partidas de gasto que, a la hora de la verdad, no suponen un fortalecimiento real de las fuerzas armadas de cada país. Es una forma de que los socios no hagan trampas.
En este caso, son 21 de los 29 países los que ya están cumpliendo con lo pactado. Otros cuatro se encuentran a las puertas de cumplir, con porcentajes dedicados a la inversión por encima del 17,5%. España sí cumple con este compromiso, situándose en el puesto 16 de puesto con un 22,7%. Hay que destacar que hasta seis países aliados superar el 30% dedicado a inversión y otros tres están por encima del 27,5%.