Los Jordis han dejado el proceso separatista. Primero se largó Jordi Cuixart, que hace menos de un mes abandonaba la presidencia de Òmnium Cultural. Ahora es Jordi Sànchez, quien anuncia que no se presentará a la reelección como secretario general en el congreso de Junts per Catalunya (JxCat) a mediados de junio. Se disuelve la pareja que protagonizó una de las estampas del golpe de Estado, encaramados sobre el techo de un todoterreno de la Guardia Civil en el asedio a la consejería de Economía del 20 de septiembre de 2017.
Sànchez y Cuixart fueron los primeros dirigentes del denominado procés independentista en ingresar en prisión a cuenta del golpe de Estado de octubre de 2017. Dos semanas después, les acompañarían Oriol Junqueras, Quim Forn, Carme Forcadell, Dolors Bassa, Jordi Turull, Josep Rull y Raül Romeva. En aquellos momentos, Cuixart presidía Òmnium Cultural y siguió al frente de la organización desde la cárcel. Sànchez era el presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), cargo que dejó en prisión. Sin embargo, la renuncia a dirigir la entidad no significó el abandono de la política.
Sànchez dio un giro estratégico a su carrera política al alcanzar el puesto de secretario general del partido de Puigdemont, Junts, una amalgama de restos de Convergencia, procesistas, separatistas radicales y amigos de expresidente prófugo. Como segundo del partido fue el encargado de negociar el pacto para el gobierno de coalición con ERC en la Generalidad.
Choque con Borràs
Ha chocado con una de las figuras más relevantes del partido, la presidenta del Parlament, Laura Borràs, quien no oculta sus aspiraciones para liderar el partido a pesar de que planea sobre ella una investigación por corrupción que puede apartarla de la política.
El también exrecluso Jordi Turull, consejero de Presidencia durante el golpe de Estado, es el candidato mejor colocado para sustituir a Sànchez, quien ha alertado contra los "personalismos" y ha pedido que en el congreso de junio sólo haya una lista.
Jordi Cuixart se fue advirtiendo de la necesidad de una renovación de los liderazgos del independentismo. Sànchez ha tomado nota. Fueron los primeros en sufrir las consecuencias penales del golpe de Estado y han sido los primeros en borrarse de la primera línea del procés. Oriol Junqueras, Marta Rovira y Carles Puigdemont se resisten por el momento a seguir las recomendaciones de Cuixart.
