La voz del resentimiento deja la presidencia de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), el ariete "civil" del proceso separatista. Los estatutos de la organización jubilan a Elisenda Paluzie, a quien le ha tocado ejercer de portavoz "postraumática" del golpe separatista tras las presidencias de Carme Forcadell y Jordi Sànchez. En su última intervención ante el pleno de la entidad ha resumido cuatro años de ejercicio en un discurso bronco y agresivo contra el Estado y contra el propio movimiento independentista.
El acto ha servido para que la ANC presentase su nueva "hoja de ruta", aprobada casi por aclamación hace un par de semanas y en la que se plantea otra vuelta de tuerca, volver cuanto antes a la confrontación, la desobediencia y la movilización, incrementar la presión sobre las instituciones gobernadas por el separatismo y sobre los propios partidos independentistas y endurecer el mensaje y la actividad en materias como la lingüística.
Es la estrategia Paluzie. Con el Estado no se negocia. Al Estado se le derrota. Según ella, el ejemplo de una victoria contra el Estado fue la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. A partir de ahí, las críticas contra el independentismo por negociar la organización junto a Aragón de los Juegos de Invierno de 2030, por reconocer supuestamente el carácter vehicular del español en la enseñanza o por un "pacto de estabilidad" con el Gobierno de Pedro Sánchez. "Mientras discutimos con Aragón dónde se celebrará el esquí alpino, el Estado se ríe de nosotros porque nos tiene donde quería", ha resumido Paluzie tras alertar de que "nos engatusan con espejitos, como hacían los colonizadores españoles en América".
"Mandato" del 52%
En el caso de que los partidos independentistas no superen lo que Paluzie define como "marco autonómico", la ANC se ha comprometido a elaborar una "lista cívica" con la que concurrir a las elecciones. La "hoja de ruta" puntualiza que la ANC no se convertiría en un simple partido sino que impulsaría una candidatura de "unidad".
La tesis de la ANC es que los partidos independentistas no están respetando el mandato de la mayoría del 52% de votos a partidos separatistas de las pasadas elecciones autonómicas. La ANC aboga por la vía de utilizar ese porcentaje para reactivar el proceso y emprender una campaña de desobediencia sistemática y palmaria. Y pone como ejemplo la sentencia que introduce un 25% de español en las escuelas. Acusan a la Generalidad de cumplirla bajo cuerda. La entidad sintoniza con Waterloo frente a Oriol Junqueras y Pere Aragonès. Sin embargo, afronta un proceso de sustitución de liderazgo que puede agudizar su falta de fuelle y representatividad. Los afiliados deberán designar una nueva dirección a finales de mayo.