
Ada Colau está dispuesta a luchar por un tercer mandato al frente del Ayuntamiento de Barcelona y así lo ha anunciado este jueves, tras asegurar que no estaba claro que lo fuera a hacer y que el paso tiene costes personales. Sin embargo, cuenta la dirigente de los comunes (versión regional de Podemos) que "cada vez hay más gente que dice que no me ha votado pero que esta vez sí que lo hará". Semejante percepción contrasta con los datos del propio barómetro municipal y con el lamentable estado de la ciudad en materias tan sensibles como la limpieza, la seguridad y la movilidad.
La alcaldesa considera que debe afrontar un tercer mandato para consolidar los proyectos de la ciudad y "ganar Barcelona para su gente". Colau pasa por alto la degradación de Barcelona coincidente con su llegada al poder. La suciedad y la inseguridad conviven con un repunte del incivismo y el turismo de botellón, que ha vuelto a Barcelona tras la fase aguda de la pandemia. No obstante, eso no forma parte de la ciudad idealizada de Colau, quien sostiene que hay "centenares de proyectos" que requieren que sea ella quien lidere la ciudad.
Colau no ha querido aclarar si se quedará en la oposición en caso de perder las elecciones. "Si pensara que no puedo ganar no me presentaría", ha aducido Colau para evitar contestar. También ha dicho que el tercer mandato "será diferente a los anteriores", aunque no ha acertado a concretar en qué se diferenciará de lo ocurrido estos últimos siete años que lleva en el cargo.
La alcaldesa cuenta con un apoyo a la búlgara de Barcelona en Comú, pues el plenario del partido aprobó el pasado sábado con 211 votos a favor y una sola abstención pedir a Colau que opte a una tercera reelección.
En las pasadas municipales, Colau obtuvo los mismos concejales que ERC, diez, pero obtuvo menos votos que la formación separatista que encabeza en Barcelona Ernest Maragall. El voto de Manuel Valls a favor de Colau impidió que Maragall se hiciera con el bastón de mando. En paralelo y según ha admitido el Gobierno, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) espiaba el móvil de alguno de los implicados en la negociación para formar el ejecutivo municipal. Según los independentistas, Colau se benefició de una "operación de Estado" contra el independentismo.