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España cumple 40 años en la OTAN luchando por implicar a la alianza en la amenaza del "flanco sur" africano

Se aumenta el despliegue en misiones aliadas. Una batería antiaérea irá a Letonia y se enviarán cuatro cazas a Estonia.

Se aumenta el despliegue en misiones aliadas. Una batería antiaérea irá a Letonia y se enviarán cuatro cazas a Estonia.
Convoy de militares españolas en Koulikoro, Mali | LD

El 31 de mayo de 2022, este martes, se cumplirá el 40 aniversario de la entrada de España en la Alianza Atlántica. Veinticuatro horas antes, en el Teatro Real de Madrid, el Gobierno tiene preparado un gran acto festivo que contará con la presencia del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y representantes de todos los países aliados, además de los de los candidatos más recientes (Suecia y Finlandia) y de Ucrania (todavía no se sabe si en persona o telemática).

El gran colofón será a finales de junio, cuando la organización celebre en la capital de España su cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno. Será el evento internacional más importante del que será anfitrión Pedro Sánchez durante toda la legislatura y, es posible, que también durante todo su mandato. Vendrá a España, incluso, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, al que esta vez el presidente español no tendrá que perseguir por los pasillos de la sede de la OTAN.

Será la segunda vez que España sea la sede de una cumbre al máximo nivel. Toca retroceder veinticinco años, hasta julio de 1997, con José María Aznar en el Palacio de La Moncloa, para encontrar el precedente. Entonces en la OTAN tan sólo había 16 países –actualmente hay una treintena–, pues todavía no habían ingresado los países de Europa del Este que, eso sí, ya llamaban a las puertas tras librarse del yugo soviético y el desaparecido Pacto de Varsovia.

El gran reto de España es convencer a la OTAN de que hay amenazas importantes más allá de Rusia, algo complicado en un momento en el que Vladimir Putin está en plena invasión de Ucrania y amenaza a Suecia y Finlandia con "consecuencias militares" si se unen a la alianza. Complicado teniendo en cuenta que la OTAN nació para defender la libertad y la democracia frente al totalitarismo comunista teledigirido desde Moscú.

El Gobierno español, que tiene como aliados a Francia e Italia, pelea por incluir el "flanco sur" africano dentro de las grandes amenazas para los países aliados. Un continente donde el yihadismo se extiende como la pólvora, China compra voluntades a diestro y siniestro gracias a sus créditos blandos y a la construcción de infraestructuras, y Rusia firma contratos de colaboración militar con países que hasta hace poco eran aliados de Occidente porque no exige el engorroso –para los países africanos– cumplimiento de los derechos humanos.

Un cóctel del que los países del sur de Europa llevan advirtiendo desde hace años, pero que no consigue recibir la atención de la OTAN. El Gobierno de Mariano Rajoy –con Pedro Morenés y María Dolores de Cospedal en el Ministerio de Defensa– ya intentó colocar el "flanco sur" en la mirada estratégica de la Alianza Atlántica. Consiguió muchas muestras de solidaridad y muy buenas palabras del resto de socios, pero nada tangible por parte del resto de países.

Fuentes del Gobierno han explicado que España está peleando "párrafo a párrafo" la redacción del documento estratégico de la OTAN que tendrá que salir de la cumbre de Madrid para que el "flanco sur" esté reflejado en el mismo y creen que las últimas injerencias africanas de Putin –que ha provocado la suspensión de la misión europea contra el yihadismo en Mali– puede ayudar a que sea una realidad.

Aun así, las cosas están difíciles. Mientras busca su objetivo, el Gobierno español intenta seguir mostrándose como un socio "serio, fiable y comprometido", como repite insistentemente la ministra de Defensa, Margarita Robles. No en vano, va a ampliar nuevamente su compromiso con las misiones de la alianza en el Báltico, donde la amenaza de Rusia se lleva sintiendo con especial fuerza desde el primer ataque ruso a suelo ucraniano en 2014.

Robles confirmó ayer sábado durante el Día de las Fuerzas Armadas en Huesca que España va a aumentar su despliegue en el muro anti-Rusia de la OTAN. Va a enviar a Letonia una batería de misiles antiaéreos Nasams, un sistema remolcado que contiene seis lanzaderas de misiles tierra-aire Amraam y un radar Sentinel, con un alcance de 25 kilómetros. Con este sistema irá un contingente de aproximadamente un centenar de militares.

De este modo, en base letona de Adazi habrá unos 600 efectivos españolas. Los 350 efectivos iniciales –con carros de combate Leopardo, obuses autopropulsados ATP de 155mm y blindados de combate Pizarro, entre otros vehículos–, los 150 enviados de refuerzo el pasado mes de marzo –unidad de artillería, zapadores y apoyo logístico–, y el centenar que acompañarán a la batería Nasams.

Por otro lado, también se confirma una tercera misión de Policía Aérea en el Este. A la llevada a cabo en Bulgaria a principios de año y a la que se tiene en estos momentos –hasta agosto– en Lituania se unirá una nueva en septiembre. Será en la base aérea de Ämari (Estonia), a donde irán cuatro cazas de combate Eurofighter Typhoon durante un mes para apoyar al destacamento alemán, aprovechando para realizar actividades de interoperatividad entre Eurofighters de ambos países.

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