Las Islas Canarias siguen sufriendo una llegada masiva de inmigrantes procedentes desde las costas de Marruecos. En los primeros cinco meses del año, han llegado de manera ilegal al archipiélago un total de 8.268 inmigrantes, lo que supone un aumento del 50,5 por ciento respecto a los datos del mismo periodo del año pasado, cuando el Ministerio del Interior contabilizó un poco menos de 5.500 inmigrantes ilegales.
Ese aumento de llegada de inmigrantes a las islas va en consonancia, lógicamente, con el aumento de embarcaciones que están llegando desde las costas canarias. Según el balance de inmigración ilegal que actualiza periódicamente el departamento de Fernando Grande Marlaska, en este periodo han llegado a las islas un total de 181 embarcaciones, un 19 por ciento más que hace un año, cuando a esas alturas habían llegado 152. No hay datos de las que han naufragado por el camino.
La desarticulación en los últimos días por parte de la Policía Nacional de dos organizaciones que se dedicaban al tráfico de personas entre las costas de Marruecos y las Islas Canarias -se han detenido a ocho personas en nuestro país pero no se ha podido actuar de momento contra la estructura de estas bandas criminal en el país alauí- ha permitido conocer de primera mano cuánto están cobrando las mafias en estos momentos para llevar a los inmigrantes hasta el archipiélago.
Como si de auténticas agencias de viajes se trataran, estos grupos mafiosos variaban el precio de su servicio de transporte en función del momento en el que el inmigrante pagase su plaza. Así, aquellos que hacían su reserva de forma inicial tenían que abonar 4.000 euros por el viaje. Sin embargo, las últimas plazas de la patera, para asegurarse que la misma salía completa y sin huecos vacíos con destino a las Canarias, bajaban su precio hasta los 2.500 euros.
Estos dos grupos mafiosos fueron los responsables de al menos seis pateras con inmigrantes hasta las costas españolas. Cinco de ellas, llegaron hasta las costas de Fuerteventura, la isla española más cercana a la costa marroquí, no en vano, se encuentra tan sólo a 100 kilómetros de las localidad de Tarfaya, uno de los puntos calientes de la salida de pateras desde las costas africanas. La otra patera llegó a las costas de Lanzarote.