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Las grandes polémicas de la EBAU: la caída en la exigencia y las diferencias autonómicas

Alumnos de toda España afrontan en estos días los exámenes para entrar en la universidad.

Alumnos de toda España afrontan en estos días los exámenes para entrar en la universidad.
Prueba de la EBAU en Murcia | EFE

Los estudiantes de segundo de bachillerato están inmersos en los exámenes de acceso a la universidad: algunos ya esperan las notas, como los de La Rioja; otros, como en Madrid, están en plenos exámenes; mientras, en Cataluña y Andalucía no empezarán hasta el 14. Sobre las pruebas de este año, que llegan meses antes de que la LOMLOE llegue a los currículos de toda España, planean una nueva y una vieja polémica: la injusticia que para muchos alumnos supone que se hayan mantenido las normas, más laxas, de los exámenes covid, y la desigualdad que supone que no exista un examen único en toda España.

1. La polémica de las opciones y los sobresalientes

La ex ministra Isabel Celaá proclamó, en abril de 2020, que pasar de curso sería "la regla general y la repetición la excepción": con todos los alumnos estudiando a distancia en lo peor de la pandemia, se optó por relajar los criterios de evaluación, una situación que también se vivió en los exámenes de selectividad, que se ha prolongado en el tiempo y que ha acabado traduciéndose en que haya más sobresalientes que nunca y que las notas de corte para acceder a las carreras se hayan disparado.

Como muestran las estadísticas del Ministerio de Universidades y adelantó este martes El Mundo, todas las comunidades han visto cómo aumentaba el número de aprobados, el número de sobresalientes en bachillerato y también el número de estudiantes con sobresaliente en selectividad. Las cifras de Universidades muestran cómo la tendencia se disparó con las facilidades de la pandemia pero ya existía de antes.

En Murcia, por ejemplo, se pasó de un 20,2% de sobresalientes en 2019 en este examen a un 28,8% en 2021; en Canarias, del 20,3 al 27,8%. En 2015, el porcentaje en ambas era del 15%. Mientras, en 2021, el porcentaje de estudiantes aprobados subió en todas las comunidades respecto al año pasado y alcanzó un 94,2%, dos puntos más que el año anterior.

Una de las claves que explicarían esta subida en las notas de la Selectividad estaría en los nuevos modelos de examen implantados en 2020 y que en 2022, cuando el curso ya ha sido plenamente presencial en todos los niveles, se mantienen. Las pruebas ofrecen en cada asignatura dos modelos de examen, A y B. Antes de 2020, los alumnos debían escoger uno al iniciar la prueba y responder a las preguntas de cada bloque, descartando el otro modelo. Ahora, se permite escoger preguntas indistintamente de uno u otro modelo, lo que multiplica las opciones para el estudiante y, por tanto, las posibilidades de acertar. Por ejemplo, en Historia, cada modelo ofrece en su primer bloque seis preguntas cortas, de las que hay que responder cuatro. Este año, los alumnos han podido elegir cuatro de un total de doce puesto que podían seleccionar cualquier pregunta de los modelos A y B.

Uno de los problemas de este cambio es que provoca que las notas se "inflen", lo que ya se ha notado en las notas de corte de la universidad y ha hecho que se hayan diluido las diferencias especialmente entre los alumnos más brillantes, que compitieron por las carreras más demandadas y exigentes con alumnos de un rendimiento menor penalizándose, por tanto, el esfuerzo.

Desde el sector, alertan de otro efecto de este tipo de examen: denuncian que ha hecho disminuir el rendimiento y el trabajo en clase puesto que "los chavales se preparan la mitad de las asignaturas".

Con la pandemia quedando definitivamente atrás y la normalidad volviendo a todos los ámbitos, está por ver que este cambio implantado en 2020 vaya a ser revertido o haya llegado para quedarse. En declaraciones a Efe, el profesor de Economía Aplicada Ismael Sanz señala que "el problema es que esa relajación permanezca, sería un error". "Cuando un alumno no anticipa que tú vas a bajar el nivel de exigencia se va a esforzar de la misma manera que si no hubiera cambios, pero si lo sabe de antemano bajará el nivel".

2. La polémica de la desigualdad

A esta nueva polémica se suma la vieja reivindicación de una prueba de acceso a la universidad igual para toda España, que erradique las diferencias existentes entre las pruebas autonómicas y que ofrecen ventajas a unos alumnos frente a otros pese a que competirán luego por las mismas plazas universitarias en todo el país.

Este miércoles, el consejero de Educación, Enrique Ossorio, volvió a pedir al Gobierno una prueba única, asegurando que los alumnos madrileños "son los más perjudicados" puesto que en algunas comunidades el nivel de exigencia "es mucho menor, al igual que sucede con la etapa de Bachillerato". "Esta situación provoca que cada año muchos madrileños se vean obligados a irse fuera de la región a estudiar la carrera que desean, mientras que alumnos de otros territorios lo tienen más fácil para matricularse aquí", lamentó.

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Uno de los exámenes de Lengua en Madrid

Mientras, comienzan a conocerse los textos y exámenes a los que se han enfrentado los alumnos en las distintas autonomías: en Madrid, en Lengua y Literatura se les ofreció elegir entre un texto de Sergio del Molino y uno de La Vanguardia; en Aragón, han elegido entre un fragmento del Episodio Nacional de Benito Pérez Galdós Montes de Oca y un texto sobre un estribillo de la cantante Rosalía.

Mientras, en La Rioja, ofrecieron elegir entre un artículo sobre la guerra de Ucrania del periodista Víctor Lapuente y otro de Almudena Grandes sobre feminismo y ley Trans. La elección riojana desató airadas críticas primero en las redes sociales y después entre asociaciones trans, con acusaciones póstumas de transfobia a la escritora por quejarse, entre otras cosas, de que "la identidad trans parezca pesar más que la femenina".

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