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La Policía alerta de una salida masiva de inmigrantes argelinos a la calle: "Nos han cortado las devoluciones a su país"

Argelia no sólo ha "congelado" las relaciones comerciales. También está usando como moneda de presión contra Pedro Sánchez la inmigración.

Argelia no sólo ha "congelado" las relaciones comerciales. También está usando como moneda de presión contra Pedro Sánchez la inmigración.
Inmigrantes ilegales interceptados por la Policía Nacional | EFE

Las pateras procedentes de Argelia no dejan de incrementarse y la Policía española alerta de un enorme problema: "Nos han cortado las devoluciones". Argelia está respondiendo a la entrega del Sáhara a Marruecos con una mayor llegada de inmigrantes a España y, lo que acaba de percibir la Policía, no facilitando la repatriación. Los agentes no ocultan la situación: "En unos 20 días empezaremos a sacar de los CIE a gente sin control a las calles españolas".

Los CIE en los que se acoge a los inmigrantes que llegan a España en espera de un proceso de repatriación suelen mantener internas a estas personas cerca de 20 días. A partir de ahí, o hay auto de internamiento por parte del juez, o se les suele empezar a sacar de los CIE.
El máximo, en cualquier caso, es de 60 días dentro de los CIE.

Y pasados esos plazos, el destino debe ser o el país de origen del inmigrante ilegal, o la calle.
La Policía tiene claro lo que va a ocurrir en tres semanas: "Vamos a tener que soltar a los inmigrantes sin ningún control a las calles. Porque nos están bloqueando la colaboración para remitirlos a su país de origen".

El problema es serio. Y lo cierto es que, si siguen las relaciones bloqueadas entre Argelia y España, no habrá posibilidad de devolver a sus países a los inmigrantes ilegales argelinos.
Se trata del último gran problema al que se enfrenta España por culpa de la decisión de Pedro Sánchez de entregar sin contraprestación aparente el Sáhara a Marruecos. El otro es directamente el energético.

Como ha publicado ya Libertad Digital, Argelia ha hecho peligrar el suministro de gas natural a España y ha reventado la rebaja estrella del gas anunciada a bombo y platillo y fabricada desde hace más de tres meses por Pedro Sánchez. Argelia es el país del que ha llegado en años normales cerca de un 30% del suministro total de este combustible a nuestras fronteras. En 2021, de hecho, ese suministro se elevó hasta el 42,7%, según los datos del gestor técnico del gas en España.

Argelia puede hacer dos cosas: cortar o encarecer el gas. Y cualquiera de las dos supone un duro golpe para la economía española. Si lo corta, España tendrá que comprar un gas licuado, previsiblemente de Estados Unidos, y extraído por fracking. El proceso y transporte es sensiblemente más caro. Y, si Argelia no corta el suministro por el gasoducto que mantenía abierto, ya ha avisado de que elevará el precio en la revisión de contratos. Resultado: en cualquiera de los dos opciones, el encarecimiento será similar a ese 15% —más que dudoso— anunciado por Sánchez tras meses y meses de negociación con la UE.
Pero ahora se empiezan a sumar otras consecuencias dolorosas. Algunas de ellas, ya experimentadas en los últimos meses.

Fuentes diplomáticas consultadas por Libertad Digital han confirmado que el intercambio de información se ha reducido drásticamente entre Argelia y España. Y esa información, muchas veces, generaba pistas en materia de terrorismo yihadista.

"No ha habido una advertencia expresa a España de lo que podía ocurrir como respuesta a la entrega del Sáhara a Marruecos porque se había roto de forma sensible la comunicación desde hacía tiempo", confirma uno de los funcionarios españoles desplazado al Magreb. "Por eso los avisos se realizaron a la UE, no a España", explica.

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