Alerta en Barcelona por los ataques de las gaviotas en los cementerios de la ciudad. El organismo municipal responsable de los camposantos insta a no visitarlos en las horas centrales del día, pero no por el intenso calor, sino por los ataques de esas aves carroñeras. Según los técnicos municipales, es en las horas centrales del día cuando las palmípedas se muestran más activas y proclives a atacar a operarios y visitantes porque han convertido la mayoría de cementerios en zonas de nidificación.
Tanto en los cementerios como en enclaves como el turístico mercado de la Boquería se han producido auténticas escenas de terror por los ataques de estas aves, que pueden llegar a medir casi dos metros con las alas desplegadas. Además, han incorporado a su dieta a las palomas, que descuartizan y devoran en azoteas, patios, parques y las mismas calles.
Ya el año pasado, según explica la televisión local de Barcelona, BTV, Cementerios de Barcelona aconsejaba a los visitantes del cementerio de Montjuich llevar un paraguas para hacer frente a los ataques de las gaviotas, que proliferan sin control, como las palomas, porque está prohibido utilizar sustancias químicas contra las plagas terrestres que puedan afectarles.
El consejo del paraguas se mantiene para este año y se añade el de visitar los cementerios a primera y última hora del día, cuando las gaviotas se muestran mucho menos activas. Además, Cementerios de Barcelona está utilizando aves rapaces para intentar disuadir a las gaviotas.
Los expertos alertan contra la costumbre de dar comida a estos animales y aseguran que entre mayo y junio es cuando nacen las crías de gaviotas y ello hace que los ejemplares adultos muestren una agresividad que suele remitir en julio.
Otras plagas
Además, la Asociación Catalana de Empresas de Salud Ambiental ha alertado de la crudeza este año de tres plagas habituales en verano: ratas, cucarachas y mosquitos.
Según esta entidad, las restricciones de movimientos durante la pandemia han favorecido la proliferación de ratas y cucarachas. En el caso de las primeras, se estima que su número ha aumentado entre un 20 y un 25%. En cuanto a los mosquitos, a la presencia del mosquito tigre se puede sumar este verano la de una variedad japonesa y otra africana transmisoras de virus como el del dengue o el del zika.