Hay veces que la realidad puede superar a la ficción. Y uno de esos casos ha pasado este fin de semana en Madrid. Un menor de edad, de nacionalidad extranjera, según han confirmado a este periódico fuentes policiales, se coló en el que es mayor centro policial de toda España y deambuló por el mismo durante un buen tiempo hasta que localizó varias armas y las robó. Ya con el botín huyó de las instalaciones policiales.
Nadie se percató de su presencia ni dio la alarma. Tampoco los agentes que vigilan las cámaras de seguridad del recinto detectaron in situ al menor. Nada se supo de la fechoría hasta que dos agentes de la Policía Nacional se encontraron reventada la cerradura de sus taquillas y se percataron de que sus armas reglamentarias habían sido robadas, además de las cartucheras y la munición que tenían guardadas. Fue entonces cuando saltaron las alarmas.
Los responsables de la seguridad del complejo de Canillas (Madrid), una macrociudad en la que están los principales centros de mando policial y las instalaciones de la Interpol en España, y en la que trabajan a diario más de 8.000 policías nacionales, acudieron entonces a las cámaras de seguridad y comprobaron como el menor accedió al recinto saltando un muro de 3 metros, se paseó por varios edificios del complejo y después se marchó volviendo a saltar el muro.
Las mismas fuentes han explicado que los investigadores policiales se pusieron manos a la obra de inmediato y consiguieron identificar al menor extranjero con bastante rapidez, tras lo que le han detenido y recuperado el botín robado. Ahora se investiga si este menor estuvo apoyado o no por otro u otros menores desde el exterior, es decir, si hizo solo la fechoría o no. También se investiga cómo pudo haber un fallo de seguridad tan gordo en el recinto.
JUPOL, el sindicato mayoritario del cuerpo, han encuadrado "este fallo grave de seguridad" en el mayor complejo policial de España en la falta de personal que arrastra el cuerpo desde hace años -los últimos datos indican que en 2021 había casi 12.000 puestos sin cubrir en la plantilla-, lo que según han considerado afecta también directamente al personal de seguridad que afecta a las instalaciones.
En esta línea, ha transmitido su apoyo a los policías a los que se les han sustraído las armas, ya que consideran que estar en una taquilla con llave en un centro policial vigilado como el de Canillas excluye de cualquier responsabilidad a los policías, que en otras circunstancias deberían enfrentarse a la disciplina interna por perder su arma reglamentaria.
En un comunicado remitido a los medios de comunicación, el sindicato ha reiterado "la petición que se lleva haciendo desde hace años en relación con la necesidad de instalar armeros en las comisarías y en los complejos policiales donde los agentes puedan depositar de una forma más segura sus armas y así evitar estos afortunadamente escasos incidentes".