La Cumbre de la OTAN que se celebra la próxima semana en Madrid va a ser el mayor evento de carácter internacional que va a acoger nuestro país, con toda seguridad, durante la presidencia de Pedro Sánchez. Más de cuarenta jefes de Estado y de Gobierno van a llegar a la capital española y van a hacer noche durante un par de días en ella, motivo por la que desde el Gobierno de España se es consciente de que la seguridad es un elemento clave.
El Ministerio del Interior ha diseñado el que es el dispositivo policial más grande de la democracia. Van a participar casi 10.000 agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que serán apoyados por la Policía Municipal de Madrid y varios equipos del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). También habrá medios de las Fuerzas Armadas: cazas de combate en alerta, helicópteros con tiradores de precisión, sistema antidrones, artillería antiaérea…
La amenaza más nítida y crítica es la del terrorismo, especialmente de corte yihadista, aunque no la única. De hecho, también se vigila y controla a los grupúsculos de extrema izquierda (comunistas o anarquistas) contrarios a la Alianza Atlántica. Una antipatía hacia la organización supranacional que viene heredada de los años de la Guerra Fría, cuando Moscú teledirigía a los partidos y grupúsculos comunistas de todo Occidente.
Los servicios de información de Policía Nacional y Guardia Civil, así como en el CNI, llevan varias semanas intentando controlar la actividad de estos grupúsculos posiblemente violentos, al tiempo que vigilan también que algunos de estos radicales puedan llegar desde otros países de Europa a nuestro país para unirse a los antisistema patrios en el intento de crear el caos en plena cumbre de la OTAN.
La preocupación se centra, principalmente, no en la manifestación convocada para este domingo por Izquierda Unida, Podemos y los principales sindicatos, sino en la convocada para el próximo miércoles 29 de junio por el Movimiento Antirrepresivo de Madrid y otros colectivos de extrema izquierda y que tiene como punto de concentración la zona de Atocha. Un movimiento que ya empieza a facilitar en las redes sociales los números de sus abogados de guardia.
Una situación, la de posibles actos violentos, que también preocupa a buena parte de las grandes empresas españolas, cuyos departamentos de inteligencia llevan semanas elaborando informes sobre cómo puede afectarles la celebración de la Cumbre de la OTAN. En uno de esos informes, al que ha tenido acceso Libertad Digital, se centran precisamente en esa convocatoria organizada por el Movimiento Antirrepresivo de Madrid para primera hora de la noche.
"Es muy probable que la mayoría de estos actos —tras citar todas las manifestaciones convocadas en los días previos y durante los que se desarrolla la cumbre— se desarrollen de forma pacífica de acuerdo con el recorrido y el plan comunicado a las autoridades, siendo el cierre de vías públicas la principal afectación durante el transcurso de las manifestaciones y concentraciones", comienza el análisis del departamento de inteligencia de esta gran empresa.
"No obstante, los actos reivindicativos previstos para el 29 de junio, convocados por el Movimiento Antirrepresivo y Extinction Rebellion Madrid, se configuran como críticos ante la posibilidad de que puedan registrarse incidentes violentos. Al respecto, en anteriores ocasiones se han registrado enfrentamientos con fuerzas policiales por parte de manifestantes del Movimiento Antirrepresivo de Madrid, estando éste compuesto por diversos colectivos de izquierda radical", continúa.
"En lo referente a Extinction Rebellion, se caracteriza por realizar actos de desobediencia civil, habitualmente sin aviso previo, que suelen derivar en paralizaciones imprevistas del tráfico hasta el desalojo de los manifestantes por parte de las fuerzas de seguridad. En este sentido, se desconoce la ubicación de la performance prevista para el próximo 29 de junio, siendo muy probable que se realice en las inmediaciones de algún punto crítico de la agenda de la Cumbre", concluye el análisis.