La caída en desgracia de Podemos ha vuelto a quedar evidenciada en la cumbre de la OTAN de Madrid. Fuentes policiales confirman a Libertad Digital que han identificado a poco más de 100 antisistema profesionales, entre 10 y 15 veces menos de lo habitual en estas cumbres internacionales.
Fracaso por todo lo alto de los antisistema amigos de Podemos. La formación morada no ha podido hacer más esfuerzos por intentar reventar la cumbre de la OTAN que organizaba su propio Gobierno. Enrique Santiago, secretario de Estado, protagonizó e impulso personalmente la manifestación anti OTAN. Ione Belarra, ministra, clamó contra la Alianza. Todo el partido se ha movilizado a escala nacional para desacreditar el encuentro internacional… Y el resultado policial ha sido un número ínfimo de antisistemas en la capital.
"Hemos identificado poco más de 100 perfiles de antisistema profesionales", apunta una fuente policial. Y esos profesionales del ataque callejero y los disturbios son los que lanzan los actos. Sin ellos, las movilizaciones ‘espontáneas’ se quedan, de forma igualmente espontánea, en nada. Como ha ocurrido en Madrid.
El número habitual de este tipo de violentos ronda los 1.000 ó 1.500 en una cumbre de este estilo. "Los últimos altercados internacionales importantes, de hecho, fueron lanzados por cerca de 3.000 perfiles antisistema", señala la misma fuente.
De ellos, una parte suele proceder de países de origen como Holanda o Italia. Otra parte suele ser nacional. Pero en el actual caso español, entre todos, han llegado a la insignificante cifra de poco más de cien.
"La clave ha estado en la baja influencia de los convocantes y en el fuerte control que ha habido". La frase de un miembro de la Policía apunta a la pérdida de influencia de Podemos y a los fuertes controles ordenados por el Gobierno en los aeropuertos y aduanas. Porque "se ha devuelto a varios violentos con causas pendientes, a los que se les ha inaplicado Schengen para mandarlos de vuelta a sus países".
Y es que, en esta ocasión, el presidente Pedro Sánchez quería su cumbre impoluta y brillante. Su espejo internacional sin altercados. Y no estaba dispuesto a permitir que sus socios de Gobierno le mancharan la fiesta. Y fastidiaran su anuncio gigantesco ante los líderes internacionales de los que espera que le avalen en una futura y pretendida recolocación en la OTAN u otro organismo multilateral.
De hecho, el ministro Grande-Marlaska ha exigido durante la cumbre a la Policía Nacional partes de situación de los antisistema amigos de Podemos cada 30 minutos. Una locura que la Policía ha tenido que asumir y que ha sido exigida por la Dirección de la Policía para mantener una supervisión permanente de los distritos donde se han alojado en hoteles los asistentes a la cumbre. Y, todo, para que los amigos de medio Gobierno no fastidiasen el foco internacional al otro medio Gobierno.
La Cumbre de la OTAN que se ha celebrado esta semana en Madrid ha sido el mayor evento de carácter internacional celebrado en España durante la Presidencia de Pedro Sánchez. Y el presidente ha exigido un control férreo, en especial, de los amigos de sus socios de Gobierno.
Más de cuarenta jefes de Estado y de Gobierno han llegado a la capital española y han hecho noche durante un par de días en ella. En hoteles. Conocidos y vulnerables. Y Sánchez ha decidido que debían dejar de ser vulnerables con un sistema de seguimiento permanente que ha incluido los partes de situación cada 30 minutos.
El Ministerio del Interior ha diseñado el que ha sido el dispositivo policial más grande de la democracia. Ha desplegado a casi 10.000 agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que han contado con el apoyo de la Policía Municipal de Madrid y varios equipos del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). También ha habido medios desplegados de las Fuerzas Armadas: cazas de combate en alerta, helicópteros con tiradores de precisión, sistema antidrones, artillería antiaérea… Y seguridad privada.
Y lo que ha demostrado el dispositivo es que, si el Gobierno quiere y pone todos los medios, no hay inseguridad.