El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dedicó parte del martes a visitar el puesto de mando avanzado de Viloira, en El Barco de Valdeorras (Orense), donde los servicios de extinción luchan por controlar y acabar con uno de los incendios que durante estos días están arrasando parte de España. Una jornada parecida a la del lunes, aunque más suave debido a que el Consejo de Ministros le mantuvo en Madrid hasta primera hora de la tarde.
Si el primer día de la semana utilizó para sus desplazamientos todos los medios oficiales que tiene a su disposición -coche oficial Audi A8L, helicóptero Súper Puma del 402 Escuadrón del Ejército del Aire y avión Falcon 900 del 45 Grupo del Ejército del Aire-, este martes ha vuelto a emplear casi los mismos medios. Esta vez, debido a que la agenda ha sido menos apretada ha dejado parte de los medios terrestres, pero ha aumentado los aéreos.
El presidente del Gobierno utilizó un helicóptero Super Puma para desplazarse desde el Palacio de La Moncloa hasta la base aérea de Torrejón de Ardoz, donde se montó a bordo de un avión Falcon 900 que lo llevó hasta León. La aeronave despegó a las 16.22 horas de esta base al este de Madrid para aterrizar a las 16.59 horas en el aeropuerto leonés, donde le esperaba un segundo helicóptero Super Puma que había volado en vacío para ir y volver hasta la localidad gallega, situada a unos 150 kilómetros.
Una vez de regreso al aeródromo leonés, Sánchez regresó en el Falcon a la base de Torrejón, donde de nuevo le estaba esperando un helicóptero que le llevó de regreso al Palacio de La Moncloa. En total, con los vuelos de regreso a las bases de cada una de las aeronaves, se realizaron casi una decena de trayectos, en los que casi la mitad se realizaron con estos medios aéreos en vacío, es decir, con solo el piloto y la tripulación necesaria a bordo.
Este uso intensivo de recursos del Estado, en muchos casos innecesarios, pues el presidente del Gobierno podía haberse desplazado únicamente en dos trayectos en Super Puma hasta la localidad gallega, en lugar de obligar a que se realizaran una decena de trayectos entre avión y helicóptero, vuelve a contraponerse con el discurso sobre los efectos del cambio climático que ha mantenido estos días.
"En apenas un mes hemos sufrido ya dos olas de calor. Durante más de 5 días consecutivos hemos tenido a lo largo del día temperaturas superiores a los 40 grados y por la noche superiores a los 25. La temperatura del suelo rural ha llegado a concentrar 30 grados y hasta 60 en algunos puntos. Los científicos estaban previendo este tipo de temperaturas en el suelo en el 2050 y estamos en el 2022", dijo ayer martes en Galicia.
El lunes, en Extremadura, llegó a ser incluso más contundente: "El cambio climático mata. Mata personas, mata nuestro ecosistema, nuestra biodiversidad y destruye los bienes más preciados del conjunto de la sociedad que se ve afectada por estos incendios, sus casas, sus negocios o su ganado".