La vida da muchas vueltas y, si no, que se lo digan a la nueva portavoz de la Ejecutiva del PSOE. Pilar Alegría fue, junto a Eduardo Madina, la persona que en 2017 registro la candidatura de Susana Díaz a las primarias del partido socialista. Un proceso en el que la dirigente andaluza se enfrentó a Pedro Sánchez y a Patxi López, elegido este jueves también portavoz en el Congreso.
Alegría ha sabido en los últimos años cambiar de bando, pasando de ser una de las personas más cercanas a Díaz a convertirse en la mujer de confianza de Sánchez. Esta política, diplomada en Magisterio por la Universidad de Zaragoza, tiene una larga trayectoria en el partido en el que ha cambiado de lealtades según conveniencia. Alegría ha sabido ir eligiendo de forma discreta a quién arrimarse y en qué momento.
Con tan solo 31 años, esta aragonesa consiguió un escaño en el Congreso de los Diputados, puesto que abandonó en 2015 para marcharse a Las Cortes de Aragón como consejera de Innovación, Investigación y Universidad durante cuatro años. Entonces era una de las personas de confianza de Javier Lambán, presidente de Aragón.
En 2017, durante las primarias del partido, Alegría se posicionó claramente a favor de Susana Díaz convirtiéndose en su cara visible en Aragón. Pero cuando perdió, la nueva voz del PSOE supo reciclarse acercándose a un Pedro Sánchez que la convirtió en la candidata a la alcaldía de Zaragoza en las últimas elecciones municipales de 2019.
Una de sus campañas más polémicas por aquel entonces fue con el PSOE de Aragón de 2019 cuando presentó junto a Lambán un "bono cultural joven" para captar votos a golpe de talonario: "¿Quieres pillar 300 eurazos? Pues vota al PSOE", rezaba el cartel.
No lo consiguió, pese a ser la lista más votada, y fue recolocada como Delegada del Gobierno de España en Aragón. Poco después llegaría el Ministerio de Educación que, según apuntan fuentes socialistas, mantendrá a pesar de ser la voz del PSOE.