
La alarma saltó a principios de verano, con el inicio de las primeras fiestas patronales de verano, con especial incidencia en los Sanfermines de Pamplona, pero las denuncias se han multiplicado ya por buena parte de la geografía nacional y su número ha ido creciendo de manera exponencial. La situación tiene desconcertados a los cuerpos policiales, que todavía no tienen claro a qué se están enfrentando, pero que piden a los ciudadanos que denuncien de manera inmediata.
Los investigadores no tienen claro si se trata únicamente de una nueva moda nocturna; si esa nueva supuesta nueva moda nocturna está coincidiendo con intentos de cometer agresiones sexuales con la ayuda de sustancias que facilitan la sumisión química -provoca que la víctimas pierda el control sobre su propio cuerpo y su voluntad-; o si el único objetivo de esos pinchazos es cometer delitos sexuales. Por ahora, de momento, no ha habido ningún agresión sexual tras los pinchazos.
El modus operandi es siempre el mismo. Las víctimas, en todos los casos salvo uno, mujeres, están en un entorno festivo o de ocio nocturno cuando notan un pinchazo, generalmente en un brazo o en una pierna. En la gran mayoría de las ocasiones no sienten nada después de recibir el pinchazo, aunque ha habido algún caso en el que se han llegado a desplomar y perder la conciencia varios minutos después de recibir el pinchazo.
Cuando a estas víctimas se les ha llevado a hospitales o han acudido por indicación de sanitarios o policías que les han atendido en un primer momento, se les está realizando en la mayoría de los casos una analítica. Esa analítica no ha detectado en ninguno de los casos estudiados hasta ahora ningún tipo de droga en su riego sanguíneo, lo que se puede deber a que no se les está inyectando nada o a que lo que se está inyectando desaparece del organismo en menos de una o dos horas.
El mayor número de casos se encuentra ahora en Cataluña, donde los Mossos d´Esquadra tienen bajo investigación 18 denuncias, según explicaron portavoces oficiales del cuerpo policial el pasado sábado. El mayor número de denuncias se concentran en la localidad de Lloret de Mar (Gerona), una localidad turística con mucho movimiento joven en los meses de verano. La Guardia Urbana de Barcelona investiga otros dos casos denunciados este domingo.
En el País Vasco el número de casos bajo investigación se sitúa en la docena, todos sucedidos en los últimos 15 días, según ha informado la Ertzaintza este domingo. En todos los casos se trata de mujeres que notaron cómo recibían un pinchazo en alguna parte del cuerpo y han ido a denunciarlo. Los hechos se han producido en recintos festivos y espacios de ocio nocturno de Vitoria, Bilbao, Santurce (Vizcaya), Echévarri (Vizcaya), Ciérvana y Zarauz (Guipúzcoa).
También hay denuncias ante las Fuerzas de Seguridad del Estado y cuerpos de Policía Local en otras regiones como Madrid, Navarra, Andalucía, Canarias o las Islas Baleares, aunque el número es bastante inferior al de los casos denunciados en Cataluña y País Vasco.