
El Mundo
"El Gobierno admite ya un fin de ciclo tras el julio negro del empleo". Dice el editorial que "es una realidad que el futuro de España es incierto, pero el presidente del Gobierno prefiere presumir de la supuesta buena salud del mercado de trabajo y vanagloriarse de su política laboral, como hizo este martes desde Palma de Mallorca, en lugar de abordar la raíz del problema endémico español, que es la productividad. Hay que "leer los datos del paro con lentes distintas", dijo, demostrando nuevamente que es incapaz de decir la verdad a los españoles, a los que tiene asfixiados económicamente. Si en vez de aprobar decretos anticrisis con medidas cortoplacistas adoptara soluciones estructurales para frenar la escalada de los precios y la crisis energética, la debacle que se avecina no sería tal". Las lentes que imponga este déspota irresponsable cada día más autoritario. Sabemos leer Sánchez, pierde cuidado que sabemos leer sin que tu nos guíes.
"Andalucía y Galicia cuestionan el decreto del Gobierno de ahorro energético pero no secundan a Ayuso". ¿Les da mieditis? Tranquilos, Sánchez solo se pone machirulo con Ayuso. "La ley en España se cumple", decía el presidente amenazador mientras Aragonès se le reía en la cara jactándose, casi al mismo tiempo, de incumplir la ley del castellano sin que Sánchez rechistara. Mano dura con Madrid, manga ancha con Cataluña, esa es la ley de Sánchez.
El País
"El frenazo al empleo y la subida del paro en julio activan la incertidumbre". "Ayuso alienta la insumisión al ahorro de energía que defendía Feijóo". Qué líos se hacen en este periódico. Ayuso se rebela contra el despotismo de Sánchez, aquí Feijóo ni pincha ni corta. El País ha llamado a sus expertos de cabecera para meterse con Ayuso. "Una presidenta autonómica no puede decir que en su comunidad no se cumple una norma del Estado". En España, solo Cataluña con ERC a la cabeza puede saltarse las leyes a la torera con el permiso de Sánchez porque necesita sus votos. Eso sí, con las luces de Abel Caballero que tuvo la desfachatez de presentar ayer su derroche lumínico navideño - "se van a ver hasta en Nueva York", llegó a fanfarronear – no hay problema. "El alcalde se ha defendido de las críticas asegurando que este año estarán encendidas una hora menos al día para reducir un 14% el consumo energético", dice Natalia Junquera. Y ni un comentario, ni una reconvención, nada oiga. Así son los sectarios de El País.
"Pedro Sánchez pide evitar comportamientos "egoístas e insolidarios" y que se cumpla el plan de ahorro energético". A Sánchez se le pidió que sea solidario con los españoles y aparque el helicóptero y el Falcon y suprima alguno de sus inútiles 23 ministerios, pero Sánchez no dijo nada de esto y se limitó a insultar a Ayuso en tono machito.
ABC
"Un informe interno de Moncloa duda del encaje legal de la reforma de seguridad nacional". Dice Alberto García Reyes que "lo realmente grave del Real Decreto que ha aprobado el sanchismo con el pretexto de que va a reducir el consumo energético en España un siete por ciento es que se mete en tu casa. Te interviene. Te secuestra. El Gobierno de Sánchez es el de más vocación totalitaria desde el franquismo, pero siempre trata de dominarte tirando la piedra y escondiendo la mano". Es el ordeno y mando y a obedecer sin rechistar. "Pedro Sánchez pasará a la historia, literalmente, como el responsable de la etapa más negra de España". Sánchez no pasará a la historia por nada. Cuando nos quitemos esta pesadilla de encima nadie se acordará de él.
Ignacio Camacho le restriega la factura del Falcon. "En política el ejemplo tiene una importancia esencial a la hora de exigir sacrificios a los ciudadanos. Y será difícil, muy difícil, que los españoles acepten de buen grado las restricciones improvisadas por este Gobierno campeón del despilfarro". Por mucha solidaridad con la que se le llene la bocaza a Sánchez. Porque él tiene "el Gabinete más caro, numeroso, derrochador e ineficiente de todo el período democrático". ¿Y si él no se corta un pelo porque lo vamos a hacer los demás? "El descontento popular le va a pasar a Sánchez la factura social del Falcon, símbolo tangible del abuso arbitrario, caprichoso, desaprensivo, de los bienes de un Estado cuya hipertrofiada estructura sufragan los contribuyentes con su asfixiante peaje tributario". Un tío que gasta a manos llenas nuestro dinero y nos fríe a impuestos nos habla ahora de solidaridad.
La Razón
"El Gobierno reincide en su ofensiva contra Ayuso". Y con que virulencia. Chocan las carantoñas de Sánchez a Aragonès y Otegi y las bofetadas que le pega a Ayuso, el muy abusón. "El Gobierno y todos sus terminales salieron ayer en tromba contra Isabel Díaz Ayuso como es su costumbre", dice el editorial. "La presidenta madrileña, en el uso de sus atribuciones y responsabilidades para sus conciudadanos, ha discrepado y ha anunciado que «Madrid no se apaga». Y lo ha explicado con sentido y sensatez". No como el Gobierno, que parece una dictadura. "El Ejecutivo de Sánchez se desliza a pasos agigantados por maneras y gestos autoritarios. Prohibir por prohibir sin calibrar las consecuencias para una población demasiado castigada, empresarios, autónomos, que apenas respiran, parece el atropello de quienes se creen por encima del bien y del mal, desconectados de la dura realidad que padecen los españoles". " No aprenden presos de sectarismo y de una pulsión de nítida inspiración podemita. Ayuso impartió una lección de gestión y eficiencia contra la pandemia, disintió y sobresalió con un criterio valiente que luego imitaron los demás. Pero Moncloa no quieren escuchar ni acordar una política medida y compartida". Sánchez solo entiende el ordeno y mando y si no te sometes te cae una lluvia de insultos.
Se teme Marhuenda que "nuestras ciudades parecerán las sombrías capitales comunistas de los sesenta. La alegría de los comercios, los bares y los restaurantes se sustituirá por una desagradable oscuridad. Habrá que crear una «policía» especial que recorra las calles sancionando a los infractores que se atrevan a contravenir esta ocurrencia". "Ayuso tiene razón al afirmar que «la capital no se apaga». La ley se tiene que cumplir, pero también existe el legítimo derecho de rechazar una norma injusta y equivocada". Y no callarse como borreguitos como hacen todos los demás.