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La amenaza que viene: la Policía decomisa un subfusil AR9 hecho en una impresora 3D

La operación ha tenido lugar en La Coruña. El detenido tenía en su casa otro material llamativo como ballestas modificadas o miras telescópicas.

La operación ha tenido lugar en La Coruña. El detenido tenía en su casa otro material llamativo como ballestas modificadas o miras telescópicas.

Las impresoras 3D pueden suponer una revolución en determinados sectores, ya que permiten el diseño y fabricación de piezas u objetos a bajo coste y en un tiempo relativamente rápido. Como siempre, uno de los problemas que tiene asociado cualquier tipo de avance tecnológico es que los delincuentes los analizan para ver si pueden ser útiles o no para sus actividades ilegales. En el caso de las impresoras 3D, parece claro que también van a ser muy útiles para los criminales.

Las policías europeas ven con preocupación el hecho de que cualquier ciudadano puede acceder a través de internet a planos de armamento e imprimir sus propias armas en casa utilizando este tipo de impresoras. Es por ello que el pasado mes de mayo cuerpos policiales de toda Europa se encontraron en la universidad de Leiden (Países Bajos) para intercambiar información, en un simposio organizado por Europol.

El último ejemplo de esta amenaza se ha comprobado en España en las últimas horas. La Policía Nacional ha detenido en La Coruña a una varón por su presunta participación en los delitos de fabricación y tenencia ilícita de armas. En los dos registros practicados ha sido intervenido un subfusil AR9 ensamblado con piezas impresas en 3D, prácticamente terminado, junto a otras piezas de armas cortas también impresas, armas prohibidas y un total de tres impresoras.

Fuentes policiales han explicado que la investigación se inició a principios de este año cuando se detectó un canal internacional integrado por usuarios de diferentes países -cuyo idioma era el castellano- que intercambiaban información relativa a la fabricación de este tipo de armas utilizando impresoras 3D. Tras las oportunas pesquisas policiales, se ubicó a los distintos miembros del grupo mayoritariamente en España y Latinoamérica.

Entre ellos, se detectó que uno de los miembros más activo del grupo era un ciudadano español residente en Galicia. Éste se ofrecía para dar consejos y facilitar documentación sobre armas en 3D. Tras localizar su ubicación, realizaron dos entradas y registros en inmuebles que estaba usando y se constató que aprovechaba sus conocimientos técnicos laborales para la fabricación de piezas metálicas, las cuales eran necesarias para el completo ensamblaje de las armas que fabricaba.

El detenido disponía de gran cantidad de piezas fundamentales ya confeccionadas para su ensamblaje, como un armazón y una corredera elaborados en 3D mediante fibra PETG. Además contaba con una gran cantidad de rollos de esa fibra destinados a la impresión de nuevas piezas para la fabricación de armas, tres máquinas de impresión, dos ordenadores, planos y documentación de elaboración de armas, una ballesta tiragomas de gran potencia, una ballesta modificada por el detenido junto a un gran número de flechas, dos miras telescópicas o varias armas airsoft entre otros efectos incautados.

De esta forma, según los investigadores, el arrestado estaba completando la fabricación de un subfusil AR9, extremo que fue abortado por la rápida actuación policial. Este proceso de elaboración de amas de forma "híbrida" (3D conjugando piezas metálicas) se implementaba mediante la compra de elementos en el comercio on-line para completar de forma satisfactoria el resultado final.

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