La esperada respuesta de Irene Montero y su pandilla de amigas ha llegado. Por fin han admitido que se gastaron el dinero de los contribuyentes en su viaje oficial de fin de curso a Estados Unidos: 3 días; cuatro amigas con cargo público; una agenda mucho más que perdonable y mucho menos que justificable; y, según sus cuentas, cerca de 9.000 euros de gastos cargados al erario de las familias españolas. En concreto, 8.922,41 euros. La cifra puede irritar. Pero aún más si se analiza el desglose. El documento oficial al que ha tenido acceso Libertad Digital recoge las explicaciones de Montero y su grupo de amigas, cargos y acompañantes: no incluyen el gasto del Falcon porque el transporte del grupo de fin de curso es "una de las misiones del Ejército del Aire"; gastan más en traducción que en comida, según ellas; y los pagos de los restaurantes, una vez divididos entre las cuatro viajeras y los tres días de asueto, ascienden a 9,5 euros, de nuevo, según su versión y a la espera de que ellas puedan argumentar que fueron invitadas a comer en sedes oficiales. Y es que, en Nueva York, ese precio puede ser superado simplemente con encargar un menú Big Mac para llevar. Por supuesto, de carne de macrogranja, patatas uberizadas y una muy capitalista Coca Cola.
Irene Montero decidió que nada mejor que un viaje con cuatro amigas para solucionar la crisis. En jet privado. Y pagado por los contribuyentes, claro está. Es más, decidió que nada mejor que irse a defender el ecologismo quemando queroseno. Pero pagado por los mismos españoles a los que ahora su Gobierno les recorta el aire acondicionado y la calefacción y no llegan a pagar el recibo de la luz y el gas. Y que, como colofón, nada mejor que exhibir sus fotos selfie en las redes sociales para dejar clara la sensibilidad de su grupo de amigas y cargos públicos —Isa Serra incluida— en plena debacle del poder adquisitivo de las familias y empresas españolas. Y allá que se fueron en Falcon, en pleno arranque del periodo de vacaciones, saliendo de la muy militarista base aérea de Torrejón de Ardoz, haciendo escala en las Azores de la manida foto, y llegando a la base de la fuerza aérea americana Andrews de Camp Springs. Porque para algo el suyo era un viaje oficial. Oficial y gratis.
Las peticiones de explicaciones ante Transparencia no tardaron en exigirse. Y, por fin, han llegado. "Una vez analizada la solicitud [de información], y de acuerdo con el Capítulo III del Título I de la Ley 19/2013, de 9 de diciembre (Derecho de acceso a la información pública), se resuelve conceder el acceso a la información requerida por el solicitante", señala el documento de Transparencia al que ha tenido acceso Libertad Digital.
"En lo relativo al coste total del viaje, a continuación, se relacionan los gastos a cargo del Ministerio de Igualdad. Estas cuantías reflejan los costes tanto de la persona titular del Departamento, como de las personas que acompañaron a la Ministra durante el viaje:
- Gastos de alojamiento: 4.414,64 €
- Gastos de manutención: 224,24 $
- Gastos de traducción: 3.757,98 €
- Transfer: 506,55 $
- Atención protocolaria: 19,00 €
Unos pagos se narran en euros y otros en dólares. Del Falcon, ni rastro. Y es que el mismo documento explica lo siguiente: "En cuanto al detalle del gasto de personal, dietas, material, combustible, o cualquier concepto que se derive como gasto público del empleo del avión Falcon usado, se informa que una de las misiones del Ejército del Aire, como parte de la Acción del Estado, es el transporte de autoridades, sufragándose con cargo al presupuesto ordinario". Fin de la explicación. Porque, "esto hace que no se puedan disociar los costes de determinadas actividades o desplazamientos concretos del cómputo general". Y, por lo tanto, nada de nada de saber cuánto se han gastado en el uso del jet privado oficial Falcon, cuyo coste puede rondar actualmente los 7.000 euros por hora de vuelo. Todo sea dicho de paso, se trata del mismo mecanismo de opacidad empleado a diario por Pedro Sánchez para negarse a desglosar el chorreo de gastos provocado por su adición al Falcon y al Super Puma.
La cosa va a más. El Ministerio de Irene Montero saca pecho: "Los gastos asociados al viaje aducido en la solicitud se han tramitado conforme a lo dispuesto en el Real Decreto 462/2002, de 24 de mayo, sobre indemnizaciones por razón del servicio", aclara su documento.
Y, "en último lugar, el artículo 4.1.a) de la Ley 50/1997, de 27 de noviembre, establece que los Ministros, como titulares de sus Departamentos, tienen competencia y responsabilidad en la esfera específica de su actuación, y desarrollan la acción del Gobierno en el ámbito de su Departamento, de conformidad con los acuerdos adoptados en Consejo de Ministros o con las directrices del Presidente del Gobierno". Por lo que, según el Ministerio de Montero, "los miembros del Gobierno determinan la conveniencia de cada viaje en función de los intereses generales del país conforme a las líneas de la acción política nacional e internacional". Fin de las explicaciones y de las nunca iniciadas disculpas. Porque, claro está, "se informa de que con el presente viaje se pretende reforzar la política exterior feminista".