Tras la lluvia de críticas recibidas por el comentario captado por un micro abierto tras la entrevista del pasado martes en TVE al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el periodista del ente público Xabier Fortes ha considerado que sus explicaciones en Twitter no habían sido suficientes y vuelve a la carga para tratar de reivindicarse, esta vez con una columna en El País.
Fortes utiliza el espacio que le brinda el periódico de Prisa para justificarse y adornarse con un cuento sobre un duelo entre dos imitadores de cerdos en el siglo XIX en un pueblo castellano —con una moraleja en la que el propio Fortes sería el forastero que escondía al cerdo bajo la capa— y una anécdota sobre un micro abierto durante una entrevista a Richard Nixon después de dimitir por el escándalo Watergate en el programa A fondo de RTVE con Joaquín Soler Serrano.
Sobre el cuento del cerdo, señala Fortes: "Nunca estuve convencido antes de una entrevista, pasase lo que pasase, de que, al igual que al forastero del cuento, algunos me iban a tratar de correr a gorrazos". Para, a continuación, esgrimir el argumento torticero ya utilizado en Twitter unas horas después de la entrevista: "Lo que no me podía imaginar es que, lejos de criticar el contenido de la misma, las preguntas o las formas, el furibundo ataque se centró en una habitual y retórica frase hecha tras la despedida para romper el hielo, cuando ya el micrófono debería estar cerrado; un ‘bueno, bien, ¿no?’, como quien dice ‘no ha quedado mal’ o ‘pues se me ha hecho corta’, lo que ustedes quieran".
Si de media hora de entrevista al Presidente del Gobierno, la única crítica de mis habituales acosadores en Twitter es una habitual frase hecha de cortesia tras una despedida, es que en realidad no tienen nada más que decir. Por lo tanto, muy agradecido por el elogio😜
— Xabier Fortes (@xabierfortes) September 13, 2022
Obvia Fortes que la frase de marras resulta escandalosa porque se produce después de una entrevista totalmente servil en la que, como señalaba Pablo Molina en Libertad Digital, el entrevistador es "más partidario del entrevistado que él mismo" hasta el punto de que "Sánchez se removía incómodo en el sillón ante el espectáculo que estaba brindándome –a mí y a unos pocos más–, con alguien que parecía un becario de Bolaños haciendo de sparring antes de una entrevista con periodistas de verdad".
"Tras el inicial ataque de una consejera de RTVE propuesta por un partido político y que me acosa diariamente en Twitter" —continúa Fortes— "le siguieron su partido en cuestión, toda mi horda de odiadores mediáticos y hasta el líder de Vox en la tribuna del Congreso de los Diputados", en referencia a esta intervención de Santiago Abascal en la sesión de control al Gobierno:
¿Todo bien, Antonio? 🤣 pic.twitter.com/Ie47sYlpol
— VOX 🇪🇸 (@vox_es) September 14, 2022
Pero si el cuento del cerdo no encaja muy bien en toda esta historia, más chocante resulta la anécdota sobre Nixon con la que termina la columna que destapa otra clara contradicción en el argumentario utilizado por el periodista. Porque si el propio Fortes considera que su frase "bueno, bien, ¿no?" captada por un micro abierto tras la entrevista es una mera frase de cortesía "habitual y retórica", es absurdo que inicie su anécdota nixoniana señalando que "los micrófonos abiertos juegan malas pasadas habitualmente y tampoco hay que lacerarse por ello".
Si la frase captada a Fortes tras la servil entrevista es retórica y habitual... ¿dónde está la mala pasada?