La familia del presidente de la Generalidad catalana, Pere Aragonés, tiene un grupo hotelero. Uno de sus hoteles, el Golden Costa Salou, ha recibido ya una denuncia por violar la ley: cuenta con una sexta planta que sobrepasa los límites urbanísticos, según la misma denuncia. La acusación no parece ir muy desencaminada porque agentes de la Guardia Civil han realizado ya su primera actuación: se personaron a comienzos de año en el Ayuntamiento de Salou para solicitar información sobre los límites que debía haber respetado el citado hotel.
Y, en medio, de todo ello, el Ayuntamiento, cercano al partido de Pere Aragonés, se ha puesto nervioso: ha mostrado su enfado al denunciante por llevar el asunto a la Fiscalía y busca una salida que evite el derrumbe total de la polémica sexta planta.
La denuncia está ya presentada contra el hotel y no oculta el motivo: infracción urbanística. Se trata de uno de los hoteles del grupo de la familia de Pere Aragonés: el Golden Costa Salou, del Grupo Golden Hotels & Experiences. Y es que buena parte de la familia vive de ese negocio. Es propiedad del padre y de los tíos del líder separatista.
El organismo que ha recibido la denuncia -y a la vista de los hechos, se la ha tomado en serio- es la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo. Y la Guardia Civil ya ha hecho acto de presencia en el Ayuntamiento de Salou, en condición de Policía Judicial, para recabar toda la información necesaria sobre la construcción de una sexta planta violando las exigencias legales.
Lo cierto es que esa sexta planta ha estado marcada desde el primer día por las sospechas y la polémica. El propio consistorio confirmó en un primer momento que el hotel de los Aragonés incumplía los parámetros exigidos de construcción, pero, posteriormente, el hotel evitó su demolición por completo salvando la mitad de la planta. Y, por ahora, no parece contar con la oposición para realizar esta adaptación a medias, que permitiría a la familia del presidente de la Generalidad catalana, salvar media planta.
Ángel Abella es el vecino que decidió denunciar lo que ocurría con el hotel. Y exigió el derribo completo de esa planta. El vecino, al que el hotel ha cegado parte de las vistas que tenía y debería seguir teniendo su casa, sigue manteniendo que el hotel incumple las exigencias legales de construcción y, por todo ello, el denunciante mantiene sus actuaciones contra el Golden Costa Salou. El propio vecino ha confirmado a Libertad Digital que el alcalde le mostró su profundo enfado en una conversación privada por haber llevado el caso a la Fiscalía. No dudó en criticar esa actitud y en rechazar que esa fuese la solución. Pero lo cierto es que, pese a esa conversación, la sexta planta continua estando delante de las vistas de la casa del denunciante. Y, todo ello, en medio de un curioso entrelazado de alianzas políticas y ayudas al grupo de los Aragonés.
El equipo municipal sí se mostró interesado en el asunto y diligente en una primera fase, cuando realizaron la comprobaciones necesarias de las obras realizadas en el Hotel Golden Costa Salou y ratificaron que, efectivamente, no coincidían con la licencia otorgada inicialmente. Pero una parte de esa planta quedó sin derribar. El motivo: que se trata de una parte del inmueble donde se ubica una parte de la maquinaria e instalación eléctrica del edificio. Y trasladar esa instalación, por pura lógica, es más complejo y caro. A partir de ahí, el Ayuntamiento frenó su actividad inicial y pasó a aceptar la reformas realizadas pese a mantenerse parte de la sexta planta del hotel.
El alcalde en cuestión es Pere Granados, líder de una partido independiente denominado Formación Unidad Para Salou, que ha mantenido una alianza con Junts hasta ahora. Y es que en estos momentos ya se ha filtrado que negocia una candidatura conjunta con los socialistas.