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Sánchez prepara una batida para sustituir hombres por mujeres en los puestos clave de la diplomacia

El PSOE llevará a cabo una "ambiciosa y decidida diplomacia feminista" sin que el mérito para acceder a puestos relevantes tenga importancia.

El PSOE llevará a cabo una "ambiciosa y decidida diplomacia feminista" sin que el mérito para acceder a puestos relevantes tenga importancia.
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | Europa Press

La por entonces ministra de Exteriores, Arancha González Laya, ya anunció que con Pedro Sánchez llegaría la política exterior del feminismo. No exageraba. Por el camino se han perdido los contratos preferentes de gas con Argelia, se ha regalado el Sáhara a Marruecos sin recibir nada a cambio, se le ha espiado el móvil al presidente, no se han frenado las pateras, se ha desaprovechado el Brexit para reclamar una mejora en Gibraltar, nos hemos quedado sin apoyo al Midcat y hasta hemos perdido caladeros de pesca. Pero habrá feminismo: Sánchez prepara una batida para sustituir hombres por mujeres en los puestos clave de la diplomacia.

El documento ya está elaborado y sellado por el PSOE. Y busca un tránsito de cargos desde los hombres hacia las mujeres. Sobre el tema del mérito no menciona nada el documento.

El texto de los socialistas señala que "los derechos de mujeres y niñas son derechos humanos. Abarcan todos los aspectos de la vida: salud, educación, participación política, bienestar económico, ausencia de violencia, entre otros muchos, ese debe ser nuestro gran objetivo, combatir y eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas".

Tras ese inicio añade que "las mujeres y las niñas deben poder disfrutar plenamente y en igualdad de condiciones de todos sus derechos humanos y estar libres de toda forma de discriminación: esta dimensión es fundamental para garantizar los derechos humanos, la paz y la seguridad, y el desarrollo sostenible".

Y de ahí, el PSOE pasa a afirmar que "nuestra política exterior y de cooperación feminista reclama reconstruir las agendas de lo internacional desde la perspectiva de la igualdad de género, que consiste, entre otros aspectos, en crecer sin violencia, desarrollar el talento propio sea cual sea, acceder a la sanidad y a la educación, controlar las opciones de la vida personal y profesional, ser reconocida por su verdadera valía en el trabajo".

Señala que "ninguna sociedad puede permitirse, ni debe tolerar jamás, tales ataques a la dignidad de más de la mitad de su población. No puede, ni debe haber excusa para no gobernar de forma justa y equitativa para las mujeres y las niñas". Y apostilla que "de ahí nuestro interés en reforzar nuestro esfuerzo también desde el ámbito internacional de los derechos de las mujeres, llevando a cabo un especial impulso durante la Presidencia del Consejo de la Unión Europea, donde fijaremos prioridades en torno a los distintos foros, en particular la lucha contra la violencia de género y la defensa de los derechos y la salud sexual y reproductiva". Porque "este es el sentido de nuestra ambiciosa y decidida diplomacia feminista".

No se llega a saber muy bien cómo salta de ahí a exigir una sustitución de hombres por mujeres en los puestos clave, pero lo hace. Y defiende un plan basado en "promover la presencia de mujeres en los puestos de responsabilidad, buscando cambiar los comportamientos excluyentes hacia las mujeres. Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación se buscará establecer una representación equilibrada de mujeres y hombres en todos los ámbitos de sus competencias y sus órganos rectores".

Junto a ese objetivo aparece todo el resto de pronunciamientos clásicos. Por ejemplo, que pretenden "impulsar estrategias y proyectos, acordes con el Plan Director de la Cooperación Española que se ocupen especialmente de las mujeres y las niñas, sobre todo en el ámbito del acceso a la atención sanitaria, salud sexual y reproductiva y en la prevención de la violencia de género, destacando las zonas bajo conflicto armado".

También señalan que quieren "movilizar e impulsar estrategias humanitarias que destaquen en el ámbito de la política exterior y de cooperación los beneficios de la actividad física o el deporte en la reconstrucción personal de las mujeres vulnerables: mujeres víctimas de la violencia, que viven en la calle, madres aisladas, bajo adicción, migrantes, etc. Transformar la sociedad a través de las actividades deportivas adaptadas, combinadas con el trabajo educativo y el apoyo psicológico y social, que se convierten en un catalizador de la transformación".

O que impulsarán "desde los proyectos internacionales y de cooperación, planes de acción local que incluya a hombres y mujeres, especialmente entre adolescentes, para implicarlos y responsabilizarlos, destacando la importancia de la igualdad, también en el ámbito del consentimiento y la responsabilidad en el amor y la educación sexual y afectiva. Algo vital tras conocer las estimaciones mundiales publicadas por la OMS indican que alrededor de una de cada tres mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida".

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