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Fracaso de los actos separatistas para celebrar el quinto aniversario del golpe de Estado

ERC y JxCat mantienen su pulso mientras la ANC y el "Consell de la República" arremeten contra Aragonès y Junqueras.

ERC y JxCat mantienen su pulso mientras la ANC y el "Consell de la República" arremeten contra Aragonès y Junqueras.
Dolors Feliu delante del muro de urnas colocadas delante del Palacio de la Generalidad en el quinto aniversario del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 | Asamblea Nacional Catalana-Twitter

El separatismo ha montado un "muro" delante de la fachada principal del palacio de la Generalidad, en la plaza de San Jaime. Para ello han utilizado 250 cajas de plástico de las de almacenar ropa que fueron las que utilizaron en la farsa de referéndum de hace cinco años. Con la performance pretenden expresar la distancia entre las instituciones de autogobierno y las bases independentistas. También los que consideran reiterados incumplimientos del Govern de coalición que todavía forman ERC y Junts per Catalunya (JxCat).

Los activistas de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), que son los que han llevado a cabo la acción, se han alineado con el partido de Puigdemont, JxCat, que exige a ERC la reconstitución del "estado mayor" del proceso separatista con el "Consell de la República" que preside el prófugo a los mandos de las deliberaciones entre partidos, entidades e instituciones para repetir el golpe de Estado a más tardar en los próximos dos o tres años.

El presidente de la Generalidad, Pere Aragonès, y el de ERC, Oriol Junqueras, se niegan a aceptar las condiciones que pone JxCat para mantenerse en el gobierno autonómico. La ruptura es casi un hecho, como se ha podido comprobar en los actos independentistas para conmemorar el 1-O, día en el que trataron de parapetarse tras niños y ancianos en los colegios "electorales" para dificultar la actuación policial.

La "victoria" del 1-O

Para todo el independentismo sin distinción, el 1-O fue una gran victoria porque lograron celebrar una suerte de votación con la que ahora dicen muchos que lo único que pretendían era sentar al Estado en una mesa de negociación. Sin embargo, quienes sostienen esa tesis también aluden a un supuesto "mandato" surgido de la cajas de plástico con el escudo de las cuatro barras.

El enrarecido ambiente entre las diversas facciones del separatismo ha propiciado que se suspendieran los actos "institucionales" previstos por el gobierno de la Generalidad. Se han sustituido por un discurso televisado por TV3 a cargo de Aragonès, quien para despejar la presión ha glosado los beneficios de la unidad, se ha enorgullecido del golpe de Estado y ha repetido la frase "ho tornarem a fer" ("lo volveremos a hacer") para subrayar su compromiso independentista.

Además ha vuelto a citar su "Acuerdo de Claridad" para forzar al Estado a un referéndum pactado y vinculante. Es la misma "oferta" que todos los partidos han rechazado en la cámara autonómica, salvo los comunes (la versión catalana de Podemos), que se perfilan como el sostén de un eventual gobierno en solitario de ERC.

Pinchazo

En el acto "unitario" convocado por el Consell de Puigdemont, las entidades, un sindicato independentista y la Cámara de Comercio, en manos de dirigentes separatistas, Carme Forcadell, la representante de más relieve de ERC presente en la encerrona, ha sido abucheada por una parte del público concentrado, unas once mil personas según la Guardia Urbana, que acostumbra a redondear al alza las manifestaciones separatistas. Hace dos semanas y en ese mismo lugar, más de veinte mil personas exigieron que el idioma español también sea vehicular en la enseñanza obligatoria.

Puigdemont llama a repetir el 1-O

Los organizadores han conectado con Puigdemont, quien ha cerrado el acto con una llamada a repetir el 1-O, ha arremetido contra el Estado, del que ha dicho que sus fundamentos están "carcomidos". El expresidente huido ha asegurado que "el respeto y la dignidad que merecemos los catalanes no nos lo va a proporcionar el Estado, sabemos que eso es imposible". De ahí que haya descartado cualquier posible negociación. Las bases separatistas representadas en el Arco del Triunfo consideran que Aragonès ya no tiene legitimidad y que el verdadero presidente es Puigdemont, quien ha indicado que el camino es "el desbordamiento democrático permanente".

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