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La izquierda de "chúpame la minga" y "la azotaría hasta sangrar" se escandaliza por los gritos en un colegio mayor

Conmoción en la izquierda mediática y política, y en buena parte de la derecha, por los gritos de unos estudiantes de un colegio mayor de Madrid.

Conmoción en la izquierda mediática y política, y en buena parte de la derecha, por los gritos de unos estudiantes de un colegio mayor de Madrid.
Pablo Echenique, en su famosa jota. | Imagen de vídeo

Los alumnos del colegio mayor Elías Ahuja han saltado este jueves a la fama al viralizarse en redes sociales y medios de comunicación una especie de ritual en el que se cruzaban gritos con las alumnas femeninas de un centro cercano, el Santa Mónica, ubicado frente al suyo.

Las expresiones de dudoso gusto –"¡putas, sois unas putas ninfómanas!" o "vais a follar todas en la capea"– pero completamente sacadas de su contexto han causado un escándalo mayúsculo en los medios de izquierda: la "exclusiva" ha sido desvelada por la Cadena Ser y replicada rápidamente por La Sexta, para después aparecer en todos los informativos y medios y, más sorprendente aún, provocar la reacción de numerosos representantes públicos, entre ellos el propio presidente del Gobierno.

Y no ha sido el único. El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, también se ha visto obligado a emitir un tuit en el que calificaba de "inadmisible" y de "actitudes machistas intolerables" la broma de unos adolescentes en un ambiente evidentemente festivo y cualquier cosa menos amenazante.

Como siempre, Pablo Echenique ha sido uno de los que ha destacado por desbarrar de una forma más descabellada, llamando "cachorros neonazis de cayetano" a los jóvenes estudiantes, asegurando que se trata de algo diseñado "para aterrorizar a las chiscas del colegio de enfrente" y culpando de todo al "blanqueamiento mediático-político de la ultraderecha".

No menos disparatada, Irene Montero ha asegurado que lo ocurrido es la prueba de que es necesaria una "educación sexual intergral" y ha hablado de "una cultura de la violación y del terror sexual".

Por último, una muy sobreactuada Rita Maestre hablaba ante los periodistas de "grito de caza, grito de manada", repetía que "pone los pelos de punta". "No es una broma, no es una gracia", aseguraba, que por si en sus declaraciones no lo había dejado claro titulaba su tuit "sus gritos son violaciones".

¿Trabajo para la Fiscalía?

En el colmo de la estupidez, la Fiscalía Provincial de Madrid ha llegado a anunciar que va a estudiar si los gritos son un "delito de odio", un dislate jurídico que fuentes fiscales ya han descartado a Libertad Digital.

Lección de madurez de las chicas

Todo este escándalo se ha fabricado a pesar del ánimo claramente festivo que revelaban todos los vídeos que se han hecho públicos, en los que es evidente que las alumnas supuestamente "agredidas" participaban de algo que, insistimos que probablemente con un gusto mejorable, era más una fiesta que otra cosa.

Y ante la enorme importancia que ha llegado a tomar la cuestión varias de estas alumnas supuestamente aterrorizadas según Echenique han dado unas declaraciones recogidas por Europa Press en las que demostraban mucha más madurez que políticos y periodistas.

"Se está sacando todo de contexto" decía una de ellas que asegura que "claro que tenemos buena relación con ellos" y que por supuesto "no nos sentimos ofendidas". "Es un pique que tenemos todos los años entre chicos y chicas y un colegio y otro" aclaraba otra, "se le ha dado un valor que no es el que tiene".

"No es un canto machista ni mucho menos, es algo habitual aquí y es de broma", decía una mientras que otra más daba una pequeña gran lección a muchos periodistas de España: "Hay que saber entender el contexto, una persona desde fuera ve ese vídeo y puede entenderlo mal, si yo estuviese en otro colegio en otra ciudad entendería lo mismo, pero hay que informarse de cómo empieza todo y qué fin tiene".

De los azotes a la minga Dominga

Lo más llamativo de todo es que, aunque la derecha haya entrado con posterioridad al trapo con la torpeza que la caracteriza en estos asuntos, ha sido la izquierda la que se ha escandalizado. La misma izquierda cuyo líder espiritual y fundador, Pablo Iglesias, ha sido señalado por los comentarios hechos a alguna joven o, como dijo la propia Rita Maestre, sus "miradas lujuriosas" a la que entonces era una alumna.

Y eso sin olvidar el episodio de los azotes a Mariló Montero –"la azotaría hasta sangrar" dijo sobre la presentadora– que incluso le llevó a tener que declarar ante el juez, al que dijo que, eso sí y no los estudiantes, era "un chiste".

El propio Echenique que ve "cachorros neonazis" en cualquier lado fue pillado cantando una grotesca jota con una letra –"chúpame la minga, Dominga, que lleva sustancia"– al menos tan soez, y desde luego más desagradable, que los gritos de los estudiantes del Elías Ahuja.

Colegios mayores sí, Irán no

Mientras todo esto ocurre, la misma izquierda que fabrica una presunta agresión y un falso ambiente de terror que en España no existe, ha abandonado de forma miserable a las mujeres de Irán, estas sí sometidas al dominio terrorífico y cruel de los ayatolás.

Las jóvenes persas están siendo asesinadas en las comisarías y fuera de ellas pero eso no parece preocupar ni a nuestro presidente del Gobierno ni a Rita Maestre ni a la ministra de Igualdad, pero ¿alguien duda de si se siente más libre una joven del colegio mayor Santa Mónica o una que viva en Teherán?

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