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Sánchez rompe el protocolo, obliga a esperar al Rey, pero no logra frenar los abucheos del 12-O

Presidencia del Gobierno ha alejado al público para tratar de dificultar las críticas y silbidos contra el jefe del Ejecutivo.

Presidencia del Gobierno ha alejado al público para tratar de dificultar las críticas y silbidos contra el jefe del Ejecutivo.
Las mejores fotos del esperado desfile de las Fuerzas Armadas

Los abucheos al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se están convirtiendo en tradición cada Fiesta Nacional. Ni siquiera la pandemia de coronavirus consiguió poner freno a las críticas, silbidos y abucheos de los ciudadanos cuando el inquilino de la Moncloa hace acto de presencia en este acto. Y esta situación incomoda al jefe del Ejecutivo y su entorno.

El año pasado, para tratar de evitarlo, Pedro Sánchez solapó su llegada con la de los monarcas, llegando tan sólo dos o tres minutos antes. Para dificultar aún más los abucheos, la megafonía no anunció su presencia. Sin embargo, ninguno de esos movimientos evitó los gritos contra el presidente del Gobierno.

Este año han dado un paso más: romper directamente el protocolo. Tanto apuró el vehículo que ha traído a Pedro Sánchez que ha obligado al Rolls Royce de los Reyes de España a quedarse parado durante varios minutos, con los Reyes esperando, frente a la zona habilitada para el recibimiento de los monarcas.

En esa zona estaban la ministra de Defensa, Margarita Robles; el JEMAD, almirante general Teodoro López Calderón; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que giraban nerviosos la cabeza observando que los Reyes estaban esperando y no aparecía el vehículo del presidente.

Tras varios minutos, Pedro Sánchez ha llegado a la zona, lo que ha permitido que don Felipe y doña Letizia pudiesen apearse del coche para ser recibidos por las autoridades. Y todo ello para que el presidente del Gobierno no haya podido evitar los abucheos, pese a que este año se ha alejado más aún que en años precedentes al público de las tribunas de autoridades.

Una vez saludadas las autoridades, la situación ha vuelto a la normalidad y el Rey, vestido con uniforme de la Armada, se ha dirigido a la Tribunal Real acompañado por la reina Letizia y la Infanta Sofía. Por segundo año se ha ausentado la Princesa de Asturias, doña Leonor, que está estudiando en Reino Unido y tenía día lectivo.

Una Fiesta Nacional con cifras prepandemia

Todo listo para una parada militar que ha recuperado todo el esplendor anterior a la pandemia de coronavirus. Han participado más de 4.000 militares (2.650 el año pasado), 150 vehículos, 84 aeronaves (58 aviones y 26 helicópteros) y 220 caballos. Han vuelto los vehículos oruga, ausentes en 2021, como el carro de combate Leopardo 2E o los obuses autopropulsados del Ejército de Tierra, lo que ayuda a aumentar la espectacularidad, aunque todos han ido sobre góndolas.

El acto ha comenzado con el Rey pasando revista a la Guardia Real, momento previo a que un miembro de la PAPEA (Patrulla Acrobática Paracaidista del Ejército del Aire) haya hecho bajar la bandera de España del cielo. Ha sido el momento entonces de izar la enseña nacional y hacer un emotivo homenaje a los caídos por España. La Patrulla Águila del Ejército del Aire ha hecho en ese momento su primera pasada dibujando en el cielo la bandera nacional.

Desfile aéreo

Ha dado comienzo entonces el desfile aéreo, en el que han participado 84 aeronaves. Lo ha abierto una formación mixta del Ejército del Aire compuesta por una pareja de cazas F18 Hornet y otra parejas de cazas F5 Northrop. Lo ha cerrado una formación de transporte operacional del Ejército del Aire compuesta por un Airbus A330 y Airbus A400M, la aeronave de transporte más grande en servicio en las Fuerzas Armadas.

Entre medias, el público asistente ha podido disfrutar de cazas Eurofighter Typhoon, cazas Harrier AV-8B de despegue y aterrizaje vertical, del entrador básico PC-21 Pilatus, de un A400 dando combustible en vuelo a cazas F18, de un avión de transporte de autoridades y personal A310, de un avión de transporte de autoridades Falcon 900, de un avión de reconocimiento topográfico Citation V o de aviones de vigilancia y rescate marítimo D-4 Vigma o CN235.

También de aeronaves como Canadair para luchar contra los incendios, los aviones de transporte táctico C295 ó C212 Aviocar, helicópteros AS 332 Super Puma, NH-90 Lobo, EC-120 Colibrí, los últimos de ellos pertenecientes a la acrobática Patrulla Aspa; EC-135, NH-90, Cougar, Tigres y Chinook del Ejército de Tierra; Sikorsky SH-60B y Augusta Bell 212 de la Armada; así como los EC-135 y AS365N3 Dauphin de la Guardia Civil.

Desfile motorizado

El desfile terrestre lo han abierto, un año más, los vehículos. Los primeros en desfilar han sido los componentes de la sección de motos de la Guardia Real, a los que han seguido el mando del desfile, a cargo del general jefe de la Brigada Guadarrama XII, general de brigada Enrique Milán, seguido por la unidad de veteranos y de Reservistas Voluntarios.

Ha sido entonces el turno del escalón motorizado. Lo ha abierto el Ejército de Tierra con blindados VAMTAC en diferentes configuraciones, el diminuto Neton del Mando de Operaciones Especiales (MOE) —se vio por primera vez en el DIFAS de este año—, mulas aerolanzables Falcata, blindados LMV Lince y RG-31, además de carros de combate Leopardo y obuses autopropulsados, aunque estos últimos no han pisado el asfalto, pues iban sobre góndolas de transporte.

Tras ellos, han tomado el relevo las unidades motorizadas de la Armada, Ejército del Aire, Unidad Militar de Emergencias, Guardia Civil, Policía Nacional, Salvamento Marítimo, Vigilancia Aduanera y Protección Civil. Se han podido ver diversos tipos de vehículos de asistencia e intervención, motos de Tráfico, equipos de GAR o GEO, patrullas caninas o de desactivación de explosivos, o vehículos todoterreno con visión térmica.

Desfile a pie

El desfile de las unidades a pie lo ha encabezado el grupo de honores de la Guardia Real, que encabezaba la compañía Monteros de Espinosa. Tras la enseña nacional, las banderas y estandartes de las 19 unidades que han participado en la parada militar, entre ellas, las diferentes academias militares y unidades emblemáticas tanto de las Fuerzas Armadas como de la Guardia Civil.

Los militares-alumnos han dado paso a los diferentes compañías mixtas de la Armada y el Ejército del Aire y el Espacio, tras lo que han desfilado miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y la Policía de Canarias. Tras ellos, efectivos del regimiento de infantería Asturias 31 del Ejército de Tierra, seguidos por miembros del regimiento de infantería ‘Inmemorial del Rey Nº1’ y un batallón mixto de la Fuerza Terrestre.

La última agrupación a pie ha sido la de las unidades con paso específico, que son siempre las más esperadas por el público. Con una cadencia de 160 pasos por minuto —la cadencia habitual es de 124 pasos por minuto— han desfilado miembros del Tercio Alejandro Farnesio Nº4 de La Legión, acompañados este año por su mascota, un carnero llamado Titán, que hizo las delicias del público.

A continuación, bajo toque de nubas, ha entrado en escena el Tabor de Regulares, que destaca por su cadencia de paso lenta y por su llamativa vestimenta. A 80 pasos por minutos desfiló el Tabor Melilla I/52. La faja roja de su uniforme indica que su base se encuentra en Melilla. Los regulares de Ceuta llevan esa misma faja de color azul.

Por último, para cerrar el desfile, han entrado en escena las unidades a caballo: Batería Real de la Guardia Real, Escuadrón de la Policía Nacional y el Escuadrón de Sables de la Guardia Civil.

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