"La vida de los asesinados por ETA está en la memoria de los que vivimos y en nuestro corazón", son las palabras de dolor con las que el presidente de la asociación Dignidad y Justicia, Daniel Portero, recordaba a su padre en Twitter el pasado 9 de octubre. Se cumplían 22 años de su asesinato a manos de la banda terrorista. Apenas unos días más tarde, se topaba con un nuevo acercamiento de etarras al País Vasco.
Con esta última entrega, los tres condenados por matar a Luis Portero ya se encuentran cerca de sus familias. A su hijo, cada acercamiento le cae como un jarro de agua fría. Y no cesan. La Dirección General de Víctimas del Terrorismo, dependiente del Ministerio del Interior de Fernando Grande Marlaska, comunicaba este jueves el traslado de once etarras más a centros penitenciarios del País Vasco y Navarra.
Uno de ellos es Harriet Iragui Gurruchaga, con penas de cárcel por acabar con la vida de tres personas: una condena de 30 años de prisión como autor del asesinato de José María Martín Carpena, 45 años por matar a Luis Portero García y 53 años por el atentado en el que murió Antonio Emilio Muñoz Cariñanos. Ese es el expediente que le ha hecho merecedor de la medida de gracia.
No es mejor el historial criminal de Andoni Otegi Eraso, quien acumula más de mil años de condena por asesinatos como el de Silvia Martínez, una niña de 6 años a la que mató el 4 de agosto de 2002 en el atentado de Santa Pola. Su madre, Toñi Santiago, se enteró "por la llamada de un periodista de que uno de los asesinos de mi hija va a ser acercado a las vascongadas".
Marlaska es cómplice
Durante la conversación telefónica mantenida con Libertad Digital, en la que estaba muy emocionada, Santiago ha sido muy dura con el ministro del Interior. "Le hago responsable y cómplice del dolor y el sufrimiento añadido al asesinato de mi hija desde aquí", ha aseverado, "yo quiero decirle a este personaje que no utilice el asesinato y la sangre que derramó mi hija para negociar y rendirse ante una banda de terroristas".
"Está haciendo lo está haciendo para en un tener unos presupuestos generales del Estado", ha censurado, "recordarle —a él y a todos los españoles de bien de este país— que estos Presupuestos Generales del Estado chorrean sangre inocente". Y en consecuencia, ha advertido, "cualquier resquicio judicial que haya en mi mano lo voy a llevar hacia adelante para que lo sienten delante de un juez, porque lo que está haciendo es imperdonable".
Votos de sangre
En la misma línea se ha expresado Daniel Portero, en declaraciones a este periódico. Se siente "traicionado por un gobierno que prefiere los votos de sangre". "Ya están los tres asesinos mi padre en el País Vasco", ha exclamado. "Un gobierno debería estar junto a los demócratas y a las víctimas", que lo son -ha recordado- "porque una organización terrorista atacó al Estado de Derecho". En su opinión, al Ejecutivo socialista sólo le importan "esos cinco votos de sangre que quieren para aprobar los presupuestos generales".
"Su objetivo es mantenerse en la Moncloa. Punto", sentencia. El presidente de Dignidad y Justicia lamenta la deriva del Gobierno en lo que se refiere a lucha contra ETA que —destaca— "sigue existiendo". "No el frente que mata, pero sí el resto de frentes... El frente de abogados, el frente juvenil, el frente económico o el empresarial todavía continúan vivos", explica. "Eso es lo triste, el Gobierno ha claudicado por un puñado de votos".
Privilegios carcelarios
Portero echa en falta los tiempos de Enrique Múgica. Un Ministro del Interior socialista que promovió "una política de dispersión para desestructurar a la organización terrorista", recuerda Portero. "Ahora se está haciendo lo contrario", reprocha al actual Ejecutivo. "Los están juntando en el módulo 5 de la cárcel de Martutene (San Sebastián)", señala.
"Es un desastre. Están en una planta elevada, en la cárcel pero con vistas y las puertas de sus celdas abiertas. Así que comparten continuamente el tiempo, y recientemente hasta les ha hecho una visita Txeroki", añade el hijo de Luis Portero. "Es decir, ha habido reunión de jefes que imagino que servirá para dar aliento al resto de asesinos".