La secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, número dos de Margarita Robles, no ha dudado este jueves en entregar a la izquierda política de nuestro país la entera exclusividad de la preocupación por la modernización y bienestar de las Fuerzas Armadas, restando toda importancia a lo que hayan podido hacer gobiernos que no hayan estado formados o apoyados por miembros del partido en el que ella misma milita: el PSOE.
"El aumento del 25 por ciento es histórico. Busca recuperar las capacidades de las FAS. No hay que recordarles el valle de la muerte del último gobierno del PP. El incremento de los presupuestos tiene como objetivo modernizar nuestras Fuerzas Armadas. En la historia de España, la modernización de las FAS la han hecho, por este orden, (Manuel) Azaña, (Felipe) González, (Jose Luis Rodríguez) Zapatero y el presidente (Pedro) Sánchez".
Estas palabras han llegado durante su segunda intervención del día en la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados, en la que ha comparecido para explicar el presupuesto que tendrá el departamento del que forma parte en 2023. Y a las mismas han respondido con sorna los portavoces de los tres principales partidos de centro-derecha que están representados en la Cámara Baja.
El popular Jesús Postigo ha ironizado con la frase y, tras compararla con el personaje de ficción de la "señorita Rottenmeier", le ha recordado que el valle de la muerte fue la herencia económica que recibió de Zapatero el Gobierno de Mariano Rajoy. Miguel Gutiérrez, el portavoz de Ciudadanos, también ha satirizado con el comentario de la número dos del ministerio de Defensa.
El más contundente ha sido Agustín Rosety, de Vox: "Nos hemos reído bastante, nos ha hecho pasado pasar un buen momento. González fue el primero presidente en reducir el presupuesto de Defensa, hablaba de los presupuestos de la paz. Zapatero no aceptó la revisión estratégica de la Defensa. Y Sánchez dijo en una entrevista que el ministerio de Defensa era suprimible".
En lo que al desglose del presupuesto de Defensa en sí, no ha aportado ninguna novedad que no se conociese después de que fueran publicados por el Gobierno, aunque sí ha especificado qué porcentaje significa el gasto de salarios del personal militar y civil (5.365 millones de euros, un 46% del presupuesto) o cuánto va destinado a los gastos corrientes (1.026 millones), para el adiestramiento y formación de los efectivos militares.
También ha hecho un repaso de las partidas de inversión en los grandes programas de armamento, que ahora han sido rebautizados como Programas Especiales de Modernización (PEM). De casi todos, para ser preciso. Porque ha evitado de forma intencionada mencionar los 90 millones para 2023 y 6.250 millones hasta el año 2028 para la compra de cazas de combate F35, los más modernos del mundo.
Una ausencia que le han reprochado en su réplica los parlamentarios de PP, Vox y Cs, hasta el punto de que Rossety ha llegado a calificar irónicamente a este caza que se compraría para el Ejército del Aire (como sustituto de parte de los F18 en activo) y la Armada (para sustituir a los cazas Harrier) como el "innombrable". "Si no es el F35, ¿cuál va a ser?, ¿el chino? ¿El Su57? ¡Qué contento se pondría Putin!", ha añadido.
"Respecto al avión sustituto del Harrier, está en el planeamiento de la Defensa. No les quepa la menor duda de que elegirán el mejor sustituto. Hay que dejar a las FAS trabajar para elegir la mejor opción", ha respondido la número dos de Margarita Robles, sin nombrar el término F-35. Hay que aclarar que el F35 es el único modelo que puede sustituir conjuntamente a los F-18 y los Harrier al ser el único en el mercado con una variante de aterriza-despegue convencional y otra variante de aterriza-despegue vertical (de este tipo es el único que hay en el mercado en todo el mundo).