Las medidas ultrafeministas del Gobierno socialista y comunista siguen dándose de bruces con la realidad. Fernando Grande-Marlaska pretende implantar un sistema de cupos en la Benemérita para elevar la presencia femenina en los mandos de la Guardia Civil. Eso sí, sin pagar debidamente a profesionales a los que ha engañado hasta con la promesa de equiparación de su sueldo con los Mossos. Resultado: los cupos han saltado por los aires. El 80% de las mujeres en ascenso a brigada renuncian para conciliar.
Se trata de los datos oficiales del primer semestre del año recabados por la asociación mayoritaria de la Guardia Civil, JUCIL. El número total de mujeres propuestas a evaluación para el ascenso a Brigada se situaba en 15. Y han renunciado 12 al proceso de ascenso. Es decir, nada menos que un 80%. La causa general: conciliación. No han querido renunciar a su plan de dedicación familiar por lo poco que supone —en términos económicos— ese ascenso.
¿El problema es una falta de apoyo institucional o en sus hogares? Negativo. El problema es que los sueldos y aumentos salariales por acenso son ridículos y, sin embargo, ese ascenso supone un cambio de destino, cuestión en la que, por lo visto no ha caído el Gobierno feminista de Pedro Sánchez. Porque ese desplazamiento implica tener que irse en la inmensa mayoría de los casos sin tener garantizado ni el desplazamiento del otro cónyuge ni el sueldo suficiente para afrontar todos los cambios y viajes. De hecho, el porcentaje de hombres que renuncian al mismo acenso es cercano: un 65%. Por idénticos motivos en la mayoría de los casos.
Discriminación salarial
Pero el Gobierno prefiere hablar de feminismo a solucionar la discriminación salarial que sufre la Guardia Civil. Porque la realidad le costaría dinero. El resultado es que sólo tres mujeres han sido evaluadas para el ascenso. Un fracaso frente a los anuncios del Gobierno.
"El ascenso de sargento a brigada es por antigüedad y se hace una evaluación previa. Los que no están interesados pueden renunciar. Y es lo que está ocurriendo", señalan desde la asociación mayoritaria de la Guardia Civil, JUCIL.
"De todas las mujeres de diferentes escalas que estaban propuestas para el ascenso sólo han renunciado las que están en esa situación de sargento", añaden. Y es porque les afecta el problema del cambio de destino. "Es la tónica general porque ese ascenso conlleva un cambio de destino y no siempre es, ni siquiera, a la misma provincia donde viven las sargentos propuestas".
Más charlas para incrementar el número de mujeres
Pese a todo ello, durante el primer semestre se han impartido un mayor número de charlas para dar visibilidad a la Guardia Civil e incrementar el número de mujeres que quieran ingresar en el Instituto Armado. Este año, de hecho, el número de instancias femeninas para entrar en el cuerpo asciende a un 29,29%.
Pero el problema de fondo es el mismo de la práctica totalidad de carencias que rodean a la Guardia Civil: la negativa del Gobierno a elevar las escalas salariales de los guardias, un problema serio que sí redunda en la imposibilidad de ascenso y conciliación.