El pasado 7 de diciembre se cumplieron dos meses desde que se perdió el rastro de Eric Adam Caldwell, un joven militar estadounidense que llevaba alrededor de un año y medio viviendo con su familia en España. Trabajaba en el hospital de la base naval de Rota y residía con su mujer y su hijo de dos años en Chipiona. Sus compañeros aseguran que era un hombre querido y muy amable, que no tenía conflictos. Eso sí, no había entablado demasiada relación con sus vecinos por las dificultades del idioma.
Nadie de su entorno se explica lo que ha podido pasar. En un principio se pensó que el teniente —de 31 años— podía haberse suicidado, pero los investigadores mantienen todas las líneas de investigación abiertas. No se ha encontrado la más mínima pista de lo que pudo hacer Eric después de que el 7 de octubre de 2022 saliera corriendo de su casa tras una pequeña discusión con su mujer —Kelly—, según la versión que ha ofrecido ella misma.
Se le ha buscado por tierra, mar y aire, pero es como si se hubiera desvanecido. La Guardia Civil, la Policía Local de Chipiona, Protección Civil y SOS Desaparecidos han hecho lo imposible por localizar a Eric. Se ha realizado un despliegue extraordinario y han contado con una gran colaboración ciudadana. Pero su desaparición sigue siendo un enigma y su familia ha regresado a Estados Unidos con el convencimiento de que "algo malo" le ha pasado.
A continuación analizaremos punto por punto todo lo que se sabe hasta el momento con la ayuda de Rafael Márquez, jefe de la Policía Local de Chipiona y coordinador de la asociación SOS Desaparecidos en la provincia de Cádiz. Él ha seguido el caso desde el principio y mantiene el contacto con el entorno del joven militar, al que —nos cuenta— le gustaba correr y hacer rutas por el entorno natural de la zona, especialmente las dunas. Todo se ha rastreado palmo a palmo.
¿Cómo desapareció?
"El día 7 (de octubre) por la tarde nos entra una llamada de una chica, que era la pareja de Eric, diciendo que a su marido le había pasado algo muy malo. Venía a decir algo así, pero su español era muy deficiente", explica Rafael. Según relató la mujer, habían tenido una pequeña discusión y él se marchó corriendo (literalmente). Kelly fue tras él, pero no pudo alcanzarle porque tenía al niño pequeño.
Entonces, avisó a un vecino que era amigo —y se ha terminado convirtiendo en el enlace de la familia— para que le ayudara a buscarle. No tuvo éxito, así que acudieron a las autoridades. "Se temía lo peor, que se fuera a suicidar o hiciera cualquier cosa", reconoce a LD el jefe de la Policía Local de Chipiona. Se pone la denuncia y comienza la odisea para intentar encontrarle.
La desaparición se produjo el viernes. Pasó el fin de semana y seguían sin tener noticias de él. Todo el pueblo de Chipiona y sus compañeros de la base se volcaron en la búsqueda. Cada vez que se realizaba una batida "se acercaban aproximadamente unos 150 voluntarios, entre americanos y de nacionales", asegura Rafael.
Sólo Policía Local ha registrado alrededor de 50 horas de vuelo con los dos drones que se han usado en la búsqueda. Eso por no hablar de los medios usados por la Guardia Civil al mando de la investigación. Se ha rastreado el pueblo y su entorno, se ha buscado desde el aire, se ha mirado en los barcos atracados en el puerto y en los que salieron en días posteriores. Sin embargo, "hay muy pocas pistas".
¿Simulación de suicidio?
A pesar de lo que parecía en un principio, la hipótesis que tiene más peso en este momento es "la huida voluntaria, y posiblemente bien planificada". "Se ha volatilizado", exclama el coordinador de SOS Desaparecidos en Cádiz. Eso es lo que les hace pensar de que inicialmente se trató como un posible caso de suicidio.
Se encontraron dos notas de despedida, una era un borrador. Lo lógico era pensar que pudiera haberse hecho daño a sí mismo. Sin embargo, cuando empezaron a estudiar con más profundidad se dieron cuenta de que había cosas que no cuadraban con esa teoría. Tanto la Guardia Civil como Policía Local investigaron distintos aspectos del manuscrito.
El estudio grafológico les indicaba que "en el momento de la escritura no había una intención suicida real". "Todo era muy extraño" porque el resto de los elementos que componían la historia parecían indicar que Eric quería quitarse la vida, pero aquella nota decía otra cosa. Creen que incluso podría formar parte de una estrategia para huir.
Una desaparición extraña
Según cuenta la persona que ha hecho de enlace con la familia y también de intérprete todo este tiempo, la mujer de Eric sostiene la teoría de que "se ha suicidado o le han hecho algo". "Tanto los vecinos como ella misma afirman que era una pareja feliz", comenta Rafael. "No se le conocían cosas raras".
Pero lo cierto es que de ser un suicidio cabría esperar que —pasado un tiempo— se hubiera encontrado su cadáver. "Eso es lo que nos sorprende, que dos meses después no sepamos nada", señala Rafael Márquez. Tampoco el seguimiento de las cámaras reveló información importante para el caso. "Tenemos las imágenes previas, pero eso tampoco nos dice nada", insiste.
"Salió corriendo por la puerta y, como suele decirse, se fue con lo puesto", explica el jefe de la Policía Local de Chipiona. Se ha peinado la zona "al milímetro", pero no hay rastro de Eric Adam Caldwell en ninguna parte. "Las posibles pistas que nos han ido llegando la hemos ido descartando con la investigación. Así que "va tomando más fuerza la hipótesis de que ha sido una cosa voluntaria, planificada y bien ejecutada".
Perfil del desaparecido
El teniente Eric Adam Caldwell, médico militar de la base naval de Rota (Cádiz), es natural de la ciudad de York (al sur de Pensilvania), tiene 31 años y está casado. Mide 177cm y pesa 79kg. Es de constitución atlética, tiene el cabello color castaño y los ojos azules.
Según informan desde Veteran Doe, plataforma de búsqueda de veteranos estadounidenses desaparecidos, tiene una bandera con un águila tatuada en la espalda, entre los omóplatos. En una de las garras, se puede leer la frase "El Reino de Dios no conoce fronteras".
Otra seña de identidad es una pequeña cicatriz que tiene debajo del ojo derecho. El día de la desaparición vestía: pantalones cortos de color azul, camisa blanca con pequeños lunares azul marino, cinturón de cuero marrón con hebilla de bronce y cartera marrón marca Fossil.
En caso de tener alguna información sobre el desaparecido, pueden contactar con la Guardia Civil, la Policía Local de Chipiona o cualquiera de los teléfonos de asistencia 24 horas de la asociación SOS Desaparecidos: +34 649 952 957 / +34 642 650 775.