La policía ha trasladado -este jueves- ante los medios que la principal hipótesis con la que trabajan los investigadores en el caso de Sandra Bermejo es la "desaparición voluntaria". Así lo ha asegurado, "por tres veces", el comisario jefe de la Brigada de Seguridad Ciudadana de Gijón, Jesús Marco Riaño, que -por primera vez- se manifestaba en este sentido "después de haber convocado a los medios". Unas declaraciones que han indignado a la familia de la joven y también al presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills -que hace las veces de portavoz-.
Según ha asegurado en declaraciones a LD, ninguna de las posibilidades que se valoran en el caso de la psicóloga madrileña se corresponde con una desaparición voluntaria, atendiendo a "la tipología de las desapariciones -que pueden ser voluntarias, involuntarias o forzosas- recogida en el protocolo de actuación del Ministerio del Interior de 2019, que es de obligado cumplimiento para Guardia Civil y Policía Nacional". O al menos, asegura, así no se les ha sido transmitido.
Hasta el momento, recuerda, los investigadores trabajan con tres posibilidades: que se haya suicidado, que fuese un accidente o que hayan intervenido terceras personas. La primera y la segunda, entran dentro de la desaparición involuntaria. Y la tercera se corresponde con la forzosa. Por eso motivo, no entienden qué ha llevado al comisario a "clasificarla en tres ocasiones como desaparición voluntaria".
No es voluntaria
"Es muy sencillo, la voluntaria es la de la persona que quiere marcharse, quiere desaparecer, quiere alejarse de su entorno familiar, de su entorno social. Normalmente se va con las maletas, se va con el dinero, se va con todo. Por ejemplo, las fugas de menores de edad de los centros de acogida. O las desapariciones intencionadas de personas mayores de edad, que dejan una nota o se llevan sus cosas".
En este punto cabe recordar que la joven psicóloga madrileña desapareció el 8 de noviembre dejando su casa en Gijón (donde residía desde 2020) perfectamente ordenada y con la nevera llena, y que tres días después se localizó su coche en el Cabo de Peñas con su bolso y sus pertenencias en el interior. Lo único que no se encontró fue su teléfono móvil, que se geolocalizó por última vez en esta zona de acantilados a la que le gustaba ir.
Ni siquiera en el caso de que se tratara de un suicidio, cosa que la familia descarta rotundamente, encajaría con la tipología mencionada por el comisario. Se trataría de una desaparición involuntaria, que "son todas aquellas que vienen provocadas por problemas cognitivos, problemas de salud mental, o cuando no se tiene otra explicación, pero la persona no ha dejado rastro ni se ha llevado maletas, ni se ha llevado documentación, ni se ha llevado a nada".
Falta de empatía
"Yo a veces me equivoco hablando y tengo que corregir sobre la marcha", reconoce Amills, "pero decirlo tres veces, en unas declaraciones ante la prensa, deja mucho que desear". "Es un daño gratuito a los familiares y no se lo merecen", apostilla, "denota total falta de delicadeza y de empatía".
"Hay un cabreo enorme por parte de todos". El mencionado protocolo "son 108 páginas que todos los policías se entiende que lo saben. Si un Comisario no lo sabe, es alarmante", asegura. "Y si dijo desaparición voluntaria a sabiendas, ¿qué hacen buscando en el mar?", se pregunta el presidente de SOS Desaparecidos.
Por otra parte, Amills repara en la frase de Riaño en la que indica que "hay mucha gente que ha desaparecido y nunca ha sido encontrado" en Cabo Peñas. "Claro, en España tenemos 6.000 desaparecidos que no han sido encontrados. Pero eso no justifica que diga que la de Sandra es voluntaria, dando a entender que quizás no se encuentre nunca", señala. "La familia está súper indignada. Y -por supuesto- yo también".