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Marruecos quiere más de Sánchez: ahora la exige hasta el control pleno del espacio aéreo del Sáhara

Exteriores dice que estas conversaciones son una muestra de la nueva relación diplomática entre ambos países.

Exteriores dice que estas conversaciones son una muestra de la nueva relación diplomática entre ambos países.
Pedro Sánchez en su último viaje a Rabat | Europa Press

El rey Mohamed VI ha sacado gusto a pedirle cesiones a Pedro Sánchez. Y ahora, de cara a la celebración de la Reunión de Alto Nivel (RAN) entre Marruecos y España, Rabat pretende que el control completo del espacio aéreo del Sáhara -que actualmente se ejerce, en parte, desde Las Palmas-, quede plenamente bajo mando de Marruecos. El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, mantiene por el momento que no habrá más cesiones. Pero Marruecos insiste.

El Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación sostiene que no habrá nuevas entregas ante las constantes reclamaciones de Marruecos. Pero el mando aéreo de Rabat insiste en hacerse ya con la gestión del espacio aéreo sobre los territorios saharauis.

La Reunión de Alto Nivel entre ambos países, de hecho, debe servir para concretar los planes de cesión de la protección del Sáhara por parte de España. En caso de que Marruecos consiga su objetivo de tener control absoluto ante de iniciar la cita, literalmente supondría comenzar la reunión sin nada que hablar: si Rabat ya tiene mando pleno sobre el Sáhara, nada habría ya que ceder o negociar.

El control aéreo de la zona está en estos momentos repartido entre ambos países. Y de cara a una Reunión de Alto Nivel, no parecer ser lo más lógico el traspaso de este control aéreo cuando va a haber altos representantes españoles en el territorio. El PP ha preguntado ya oficialmente en el Congreso por las intenciones de cesión de España de este control. Y la respuesta ha sido negativa por parte del Gobierno español.

La XII Reunión de Alto Nivel (RAN), anunciada para la última semana de enero o primera de febrero de 2023 debe concitar al ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares y su homólogo marroquí, Nasser Bourita. Y según el Gobierno español, esa cita debe servir para "cristalizar la nueva etapa de la relación bilateral iniciada tras la adopción de la Declaración Conjunta". Esa declaración es la que plasmó la renuncia histórica de España a la defensa de un referéndum para el Sáhara y la que apoyó la integración de este territorio en Marruecos dentro de un mero plan de autonomía.

Exteriores asegura, además, que "las conversaciones con Marruecos en este ámbito se han iniciado en cumplimiento del punto 7 de la Declaración Conjunta del 7 de abril", y sostiene que dichas conversaciones "se circunscriben exclusivamente a la gestión del espacio aéreo y la coordinación entre ambos en aras de conseguir mayor seguridad en las conexiones".

Efectivamente aquella declaración todo un completo plan de cesiones por parte de España. Allí se recogía que "España reconoce la importancia de la cuestión del Sáhara Occidental para Marruecos, así como los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos en el marco de las Naciones Unidas para encontrar una solución mutuamente aceptable. En este sentido, España considera la iniciativa de autonomía marroquí, presentada en 2007, como la base más seria, realista y creíble para resolver este diferendo".

Además, España asumía "la plena normalización de la circulación de personas y de mercancías", que "se restablecerá de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo". Indicaba que "las conexiones marítimas de pasajeros entre los dos países se restablecerán de manera inmediata y gradual hasta la apertura de todas las frecuencias"; que "se reactivará el grupo de trabajo sobre delimitación de espacios marítimos en la fachada atlántica, con el objetivo de lograr avances concretos"; y que "se iniciarán conversaciones sobre la gestión de los espacios aéreos".

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