El voluntarismo del Gobierno de Pedro Sánchez cuando afirma que el procés ha terminado y que la situación en Cataluña es poco menos que un oasis de paz y convivencia, vuelve a chocar con la realidad de unos socios de investidura envalentonados ante un Ejecutivo que les ha ido concediendo todo lo que exigían a lo largo de esta investidura. Indultos, eliminación de la sedición y rebaja de la malversación, además de todo tipo de concesiones, económicas y no económicas, son las contrapartidas que Pedro Sánchez ha dado a los golpistas para poder mantenerse en la Moncloa.
Pero los separatistas no dan un paso atrás en su objetivo y siguen presionando al Gobierno de Sánchez. Esta tarde, las bases de ERC han avalado —en el 29 Congreso de la formación celebrado en Lérida— con un 96,7% de los votos, es decir, práctica unanimidad, su hoja de ruta para los próximos cuatro años. La misma incluye la propuesta de un acuerdo claridad sobre un referéndum pactado con una participación mínima del 50% y un umbral del 55% a favor del 'sí' para declarar la independencia, como ya adelantamos en Libertad Digital:
El resultado de la votación de la ponencia política de los republicanos, que lleva el título de "La vía democrática del referéndum" ha sido rotundo: 632 votos a favor, 11 abstenciones y 7 votos en contra.
ERC considera que el referéndum del 1 del octubre de 2017 fue un "ejercicio colectivo de desobediencia pacífica y democrática", pero admite que hay que ser "honesto" con factores que jugaron en contra en 2017, como "la falta de reconocimiento internacional, la movilización unionista de carácter hostil y amenazante, la ofensiva del Estado en forma de represión política y la falta de participación de algunos actores sociales, políticos e institucionales". Todo ello el partido lo "tendrá en cuenta en próximas ocasiones", recoge el documento votado casi por unanimidad esta tarde en Lérida, dejando meridianamente claro que lo volverán a hacer.
Alianza de izquierdas ante la llegada de PP y Vox
La ponencia aprobada también defiende "imbricar estrategias con la izquierda española con las otras naciones sin estado del Estado, y muy especialmente con las organizaciones soberanistas del resto de los Països Catalans" ante un un hipotético gobierno de "derechas españolistas" en la próxima legislatura española.
Objetivo final: amnistía y autodeterminación
Los republicanos, que se definen como independentistas y "refrendistas" reafirman su apuesta por el referéndum pactado como "la mejor vía" para alcanzar la independencia con "la legitimidad y la validez que necesita para ser aceptada internamente y homologada internacionalmente".
También sacan pecho por la mesa de negociación mantenida con el Estado y lo que ellos consideran un "logro histórico": la derogación del delito de sedición con la modificación del Código Penal, aunque dejan claro que el objetivo final del proceso de desjudicialización es la amnistía y la autodeterminación.
Vía canadiense
La ponencia política votada incluye la propuesta del presidente Pere Aragonés para impulsar un "Acuerdo de Claridad", que seguiría la vía canadiense con Quebec, como forma de "resolver el conflicto" en un proceso que contaría con dos fases: una interna, en Cataluña, con independentistas y catalanistas no independentistas, y una segunda fase de negociación con el Estado para pactar el referéndum.
¿Cómo sería el referéndum?
En el documento aprobado esta tarde, ERC también recoge como debe ser el referéndum, que se basaría en la fórmula de Montenegro. Es decir: una "pregunta clara" y respuesta binaria.
En el referéndum de autodeterminación podrían votar todos los residentes en Cataluña mayores de 16 años y los no residentes que tengan derecho a voto en las elecciones catalanas; y el triunfo de la independencia requeriría, como hemos señalado, un mínimo del 50% de participación y del 55% de "síes", tras lo cual se abriría un proceso de negociación "de buena fe" entre Cataluña y Estado, con mediación europea e internacional.