La polémica interna ha regresado a la Guardia Civil. Esta vez, y una vez más, por un polémico cese que no ha venido acompañado de ningún tipo de explicación. Se trata de la destitución del coronel Jesús Vicente Torresano Muñoz, que se encontraba al frente de la Comandancia de Melilla y, por tanto, era el responsable tanto de los dispositivos de seguridad en torno al vallado fronterizo como de la seguridad de los agentes destinados en la ciudad autónoma.
Un cargo en el que ha estado un tiempo récord, aunque récord por su brevedad. Fue nombrado para el cargo el viernes 18 de noviembre de 2022, siendo publicado en el Boletín Oficial de la Guardia Civil (BOGC) cuatro días más tarde, el martes 22 de noviembre. Este martes 31 de enero lo que se ha publicado en el boletín oficial de la Benemérita ha sido su cese del cargo, que abandona habiendo estado poco más de dos meses al frente de la plaza melillense.
La resolución, firmada por la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, no recoge ningún tipo de justificación de la decisión. Los rumores internos dicen que el coronel había pedido que los agentes que tienen que jugarse su integridad física en el vallado cada vez que hay un asalto masivo por parte de los inmigrantes tuviesen un protocolo claro de qué uso de la violencia pueden emplear para defenderse de las pedradas, los garfios o los líquidos corrosivos.
En el mismo boletín también figura cuál será su próximo destino. Según una segunda resolución que también está firmada por la máxima responsable política del Instituto Armado el alto mando de la Guardia Civil pasa ahora por "necesidades del servicio" a la Jefatura de Enseñanza, donde ostentará el puesto de Jefe de Servicio.
Fuentes de la Dirección General de la Guardia Civil han explicado que "esta decisión ha sido propuesta por la cadena de mando interna de la Guardia Civil a la Directora General del Cuerpo" y que, hasta el nombramiento de un nuevo coronel que se haya cargo de la Comandancia de Melilla será el hasta ahora número dos del escalafón en la ciudad autónoma, el teniente coronel Arturo Ortega, el que estará al mando.
La decisión ha movilizado desde primera hora del día a varias de las asociaciones profesionales de la Guardia Civil con representación o no en el Consejo de Personal de la institución. La mayoritaria, Jucil, ha afirmado que un ministro "capaz de cesar a un mando por pedir protección para los agentes bajo su dirección no merece su cargo" y se ha mostrado dispuesto a defender jurídicamente tanto al coronel Torresano como a cualquier otro guardia civil que se sienta purgado por Marlaska.