La Reunión de Alto Nivel entre Pedro Sánchez y el Gobierno de Marruecos -con la sonada ausencia del rey Mohamed VI- ha confirmado la apertura de aduanas y pasos fronterizos entre los dos países. Desde la Guardia Civil alertan de que el estado en el que se encuentra uno de esos pasos concretos, El Tarajal, lo convierte en un "coladero de droga y yihadistas".
Ni se ha ordenado un refuerzo de personal, ni se han dispuesto medios adicionales de control en "plena escalada del riesgo de entrada de droga y con la alerta terrorista en nivel 4", destacan las mismas fuentes. La foto que hoy muestra Libertad Digital retrata el estado actual del carril de peatones del paso aduanero y fronterizo de El Tarajal en Ceuta.
"Estamos el mismo personal que con la frontera cerrada. Las únicas obras que se han realizado aquí son meros parches. Así no es posible garantizar el control en la entrada, ni de personas, ni de bultos", señalan fuentes de la Guardia Civil conocedoras de la situación en Ceuta.
La dotación encargada de este cometido en Ceuta la forman en estos momentos 113 efectivos. De ellos sólo 55 están integrados en los 5 turnos establecidos: el resto son oficiales, plana mayor, responsables de diligencias, etc. De este modo, los 11 guardias que forman cada turno se tienen que dividir entre el puerto y la aduana de El Tarajal: 2 son sargentos, 1 es cabo y otros 8 son guardias civiles base. "Todo ello sin contar con que rara vez estamos todos por motivos obvios como, vacaciones, bajas, etc", señalan desde la Guardia Civil.
"Además, en el puerto hay casi todo lo necesario para cualquier inspección, pero en El Tarajal solo hay un escáner de equipaje en el carril de peatones, y en los carriles de vehículos sólo el guardia civil de turno sin mas medios, un ordenador, impresora y unas instalaciones cochambrosas que se caen a pedazos. Lo único que hacen, mientras son obras de puro parche. Y con eso pretenden abrir la aduana comercial", destacan las mismas fuentes.
Desde la asociación mayoritaria de la Guardia Civil, JUCIL, subrayan este mensaje y destacan que "todo esto ocurre con una alerta terrorista en nivel 4 y con un descontrol generalizado en la entrada de droga, que se ha disparado de forma evidente".
Marruecos, con el permiso de Pedro Sánchez, tiene claro que sigue sin pausa con sus anuncios de apertura de pasos fronterizos: El Tarajal en Ceuta, en lo referente principalmente al "porteo" de bultos con origen en Marruecos y con destino a España. Y Beni Ensar, que limita con Melilla. Y Jucil ya ha puesto el grito en el cielo porque los efectivos de la Benemérita ni se han visto reforzados, ni se les ha explicado un protocolo interno de actuación frente al nuevo tráfico de personas y bultos.
Jucil, la asociación mayoritaria de la Guardia Civil, considera una "irresponsabilidad" la forma de omitir los preparativos a pie de campo para la apertura de nuevos pasos fronterizos con España. Desde la asociación señalan que "resulta evidente el traspaso de los medios de control de las fronteras a Marruecos".
El mensaje de Jucil lo cierto es que encaja con una tendencia observada desde hace tiempo. Y es que, cuando sigue viva aún la polémica por las muertes en el último asalto potente a la valla de Melilla, y cuando acaba de ser asesinado un sacristán en Algeciras por una persona de origen magrebí que debía haber salido ya de España, la Guardia Civil recuerda que el Gobierno de Pedro Sánchez ha pagado a Marruecos en total 320 millones por la protección de las fronteras españolas.
El pago total se supone que implica el compromiso de Marruecos de no permitir que los inmigrantes violen las fronteras. Pero Sánchez de este modo está confiando, nada menos, que en un Gobierno que ha afirmado ya ante Naciones Unidas que no asume esas mismas fronteras. Y todo ello, tras regalarles el Gobierno el control del Sáhara y destrozar los tratados de amistad y venta de gas con Argelia.