En el caso Mediador o del Tito Berni, del que al parecer sólo conocemos la punta del iceberg, se mezclan otros asuntos colindantes que lo convierten en un caso altamente tóxico para el PSOE, que está en estado de schok, y para el presidente Sánchez.
Empezando por el caso de corrupción, el líder de la trama, Juan Bernardo Fuentes Curbelo, el Tito Berni, está en libertad con cargos —acusado de cohecho, falsedad, blanqueo, tráfico de influencias y pertenencia a un grupo criminal organizado— por exigir presuntamente a los empresarios una mordida de 5.000 euros para empezar a mover sus influencias de cara a obtener subvenciones públicas o evitar sanciones en sus negocios, entre otras acciones. La juez que instruye el caso ha abierto ya una docena de piezas separadas, lo que podría darnos una idea de la magnitud del caso.
Poniendo por delante la presunción de inocencia consustancial a un Estado de derecho —presunción de inocencia que nunca ha respetado el PSOE en casos que han afectado a miembros del PP— y que todavía está por determinar la envergadura del caso, en cuanto a dinero malversado y administraciones implicadas, se puede decir que hay al menos cuatro asuntos que hacen que el caso Mediador sea muy preocupante para el PSOE y sus expectativas electorales en este año 2023, con una primera cita, la de municipales y autonómicas, dentro de tres meses. A saber: cómo llegó Pedro Sánchez al poder; la presunta utilización de fondos europeos de Recuperación y Resiliencia —de los que España es una de las principales receptoras— y la excusa de la agenda verde; la hipocresía de un partido que se considera la quintaesencia del feminismo y que defiende la abolición de la prostitución y el castigo a los usuarios de la misma; y el incumplimiento de las restricciones de la pandemia por los diputados implicados y las críticas a la gestión de la Comunidad de Madrid por el propio exdiputado socialista canario.
Cómo llegó Sánchez al poder
Este es uno de los aspectos que más daño está haciendo a la imagen supuestamente impoluta del PSOE. Pedro Sánchez llegó al poder mediante una moción de censura para la que hizo un uso torticero de una frase colada en la sentencia de la Audiencia Nacional de la Gürtel (Época I 1999-2005) —alusión que posteriormente el Tribunal Supremo ordenó eliminar— que le permitió justificar la misma en la necesidad de limpiar y regenerar las instituciones. Durante años el partido se ha convertido, con la ayuda de sus terminales mediáticas, en el abanderado de la honestidad y la lucha contra la corrupción, consiguiendo dar la imagen de que el PP, por contra, era sinónimo de corrupción.
Incluso hay que recordar que tres años antes de la moción de censura, en un tenso cara a cara en televisión durante la campaña de las elecciones generales de 2015, Sánchez le dijo a Rajoy: "El presidente del Gobierno debe ser una persona decente y usted no lo es".
Un caso como el del Tito Berni echa por tierra ese discurso regeneracionista del PSOE, para aquellos que aún se lo creyesen. Que el PSOE que protagonizó el mayor caso de corrupción de Europa, el caso de los ERE, llegase al poder sobre la base de la corrupción del PP, no dejaba de ser una desfachatez y una ficción mantenida por horas y horas de televisión hablando única y exclusivamente de los casos que han afectado a los populares. Pero que ahora le estalle el caso Mediador, con similitudes con el de los ERE y otros casos de corrupción protagonizados por el PSOE en cuanto al comportamiento fiestero —drogas y putas— de los implicados, puede ser un duro golpe a las aspiraciones electorales socialistas.
Implicación de fondos europeos y la agenda verde
Es otro aspecto ligado al caso Tito Berni que puede provocarle más de un quebradero de cabeza a Pedro Sánchez, a escasos meses de asumir la presidencia rotatoria de la Unión Europea, que el Gobierno pretende convertir en el gran escaparate de cara a las generales de finales de año de un presidente que ha cuidado al máximo su imagen exterior.
De lo que se va sabiendo de la trama, los empresarios implicados —muchos dedicados al sector de las renovables, ese gran foco de atracción de subvenciones públicas— parece que tenían puesto su objetivo en los Fondos de Recuperación y Resiliencia liberados tras la pandemia de coronavirus.
El propio Marco Antonio Navarro Tacoronte, el Mediador, ha señalado en sus múltiples intervenciones en televisiones y radios que hay piezas abiertas sobre drones, placas solares y hasta de coches eléctricos.
Y precisamente la semana pasada visitó nuestro país una delegación del Parlamento Europeo para investigar la falta de control en las ayudas europeas al covid. Además, está puesta sobre la mesa una exigencia de la UE de endurecer la lucha contra la corrupción especialmente en los países receptores de fondos, pocas semanas después de que el Ejecutivo modificase el Código Penal para rebajar las penas por malversación.
Si se confirma que la trama corrupta utilizó su influencia para repartir fondos europeos a cambios de mordidas, la imagen internacional del presidente del Gobierno va a verse necesariamente afectada, justo cuando va a asumir el próximo mes de julio la presidencia rotatoria de la UE.
La hipocresía del ‘partido de las mujeres’
Uno de los aspectos más comentados de los flecos que adornan la trama de corrupción es el de las fiestas con drogas y prostitutas, al menos de los principales implicados, toda vez que el PSOE ha descartado que el resto de diputados y senadores que asistían a las comidas del restaurante Ramsés continuasen después la fiesta con trabajadoras del sexo, drogas y viagra.
Lo que más daño está causando a la imagen del partido es precisamente la actitud hipócrita de un partido que presume de ser el más feminista y que promueve la abolición de la prostitución, pero que tiene en su reciente historia tantos casos ligados a orgías con prostitutas, como hemos señalado. El propio Fuentes Curbelo tenía el cuajo de felicitar a las mujeres por el 8 de marzo y escribir que no pararía "en la lucha por los Derechos de las Mujeres", mientras frecuentaba clubes de alterne.
No pararemos en la lucha por los Derechos de las Mujeres. Feliz día de la Mujer #8demarzo pic.twitter.com/3m28VfQAwj
— Juan B. Fuentes Curbelo (@Juanb0462) March 8, 2021
Por otra parte, y mientras vamos conociendo detalles del caso del Tito Berni, el proyecto socialista de abolir la prostitución sigue su tramitación parlamentaria.
El incumplimiento de las restricciones de la pandemia
Por último, pero no por ello menos importante, otro de los detalles que se han sabido en relación a la trama es cómo los implicados en la misma se saltaron, presuntamente, todas las restricciones que su propio Gobierno imponía a los ciudadanos por la pandemia de covid-19: confinamientos, restricciones horarias y toques de queda, separaciones en mesas en los restaurantes, número máximo de comensales, imposibilidad de asistir al entierro de tus familiares… y un larguísimo etcétera.
Resulta también realmente chusco que el propio Tito Berni arremetiese desde el Congreso en abril de 2021 contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por abrir la hostelería, mientras él asistía a comidas y fiestas en hoteles y clubes de alterne.
Y especialmente sangrante es que una de las comilonas que figuran en el sumario del caso tuvo lugar durante el estado de alarma ad hoc que el Gobierno impuso a la Comunidad de Madrid en octubre de 2020, absolutamente injustificado por los datos de Incidencia Acumulada de esos días, y que tenía como objetivo lanzar la carrera del entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, a la Generalidad de Cataluña. En unas declaraciones insólitas, Illa disparó contra Ayuso: "Ha decidido no hacer nada. La paciencia tiene un límite y no hay peor ciego que el que no quiere ver". Los madrileños permanecimos encerrados dos semanas, mientras diputados y senadores socialistas asistían a comidas de 15 en 15. Muy poco edificante para un Gobierno que impuso tantos sacrificios a los ciudadanos.