Menú

Frío y manipulador, así es el intermediario de Manzanares detenido por el asesinato de Juan Miguel Isla

Antonio C. V. tenía muchos amigos y confiaban "férreamente en él". "Sabía ganarse a la gente", señalan a LD, era un "embaucador".

Antonio C. V. tenía muchos amigos y confiaban "férreamente en él". "Sabía ganarse a la gente", señalan a LD, era un "embaucador".
Foto de perfil de Antonio C. V., detenido por el asesinato de Juan Miguel Isla. | FACEBOOK

Antonio C.V. —el ya famoso intermediario de Manzanares— fue detenido el pasado martes acusado de homicidio, ante el estupor de sus vecinos. El cuerpo sin vida de Juan Miguel Isla, el empresario de 58 años desaparecido desde el 22 de julio de 2022, se halló en el fondo de un pozo de una finca de su propiedad (aunque a nombre de otro titular) en la localidad de Valdepeñas. Hasta ese momento, tenía a la gente del pueblo de su lado. Era un hombre bien relacionado, y muy conocido.

"Era amigo de mucha gente, por eso el pueblo está tan afectado", comenta a Libertad Digital una vecina manzanareña. "Hasta que apareció el cadáver, tenía a muchos confiando férreamente en él", añade. "Casi no se podía hablar del tema, a pesar de que en los medios se apuntaba desde hace mucho tiempo a su implicación con la desaparición de varias personas". Se refiere a que también se le relaciona con la de Jesús María González Borrajo, del que no se sabe nada desde el 19 de junio de 2019.

Se trata de un empresario vasco —de 55 años— afincado en Manzanares que se dedicaba al negocio de las máquinas recreativas. Casualmente, como ocurre en el caso de Isla, estaba en tratos con Antonio cuando desapareció. Su familia asegura que Jesús María tenía que cobrar unos pagarés de este intermediario por la venta de unos vehículos de lujo cuando se esfumó. Para ellos, el conseguidor (uno de sus sobrenombres) siempre fue el principal sospechoso.

Hasta su detención, lo podríamos definir como una ‘tratante’. Los que lo conocen destacan de él que "siempre andaba buscando el negocio". Sus maneras podían causar rechazo en un primer momento, pero tenía cierto don de gentes. "Sabía ganarse a la gente", nos cuentan. En el caso de Juan Miguel, su mujer —Nardy— señaló a este periódico que hacía unos seis meses que estaban en contacto. Fue a raíz de que su marido quiso vender unas propiedades que tenía en la zona.

"Embaucador" es otra de las palabras con la que lo definen. Lo mismo vendía coches, máquinas agrícolas, que fincas. Era un comisionista profesional y había logrado cierto estatus. Asesoraba a políticos y empresarios locales. "Le gustaba aparentar, que se notara que había llegado", señalan a este periódico. "Le gustaban las armas", algo que podemos ver también en su perfil de Facebook, "y siempre iba con sus gafas de sol oscuras puestas".

Se ocultaba tras sus gafas

Nardy, la mujer de Juan Miguel Isla, también se fijó en el detalle de las gafas oscuras el día en el que lo conoció. Ella sabía de sus negocios con su marido. Él lo llamaba el corredor y le comentaba sobre los asuntos que trataban. Pero no le puso cara hasta el día en que se encontraron en la comandancia de la Guardia Civil, después de la desaparición del empresario. Les presentaron en la sala de espera. Sólo le dijeron que era Antonio, así que ella —sin saber de quién se trataba— le dio dos besos.

Besos que le pesaron como losas cuando le dijeron: "Él es el último que ha visto a tu marido". "No sabes qué sensación... Quería vomitar, quería pegarle, quería de todo", relata para LD. "La piel se puso de gallina y sentí que era él", añade. Antonio, por su parte, "se puso rojo y empezó a transpirar por la frente". "Se le cambió la cara", asegura. "No hacía más que decir que hacía mucho calor, pero era verano y estaba el aire acondicionado puesto".

Nardy empezó a fijarse en su actitud, en su comportamiento y en las cosas que decía a otros miembros de la familia. "Estaba con gafas oscuras y no se las quitaba", advirtió. "Me pareció extraño. Cuando entras en un sitio, te las quitas. Más si estás en una comandancia. Te tienes que quitar las gafas en automático, es inconsciente", explica. Eso sí, "a no ser que tengas algo que esconder". Para ella, ya era el principal sospechoso de la desaparición de su marido (también lo era en la investigación).

Fabulaba sobre la desaparición

Por otra parte, estaban sus teorías rocambolescas sobre lo que le pudo ocurrir a Juan Miguel. El corredor reconoció "que estuvo con él (Juan Miguel) y que recibió muchísimo dinero". A partir de ahí, apuntaba dos hipótesis. La primera, que se hubiera podido marchar voluntariamente. La segunda, que "posiblemente había ido a ocultar el dinero y se había caído a un pozo". "El pozo sonaba mucho... El pozo, el pozo, el pozo", comenta Nardy. Retumbaba en su cabeza, sentía que quería decir algo. No se equivocó.

Ella se lo comentó a los investigadores que llevaban el caso de su marido. No perdía detalle de nada de lo que ocurría a su alrededor para poder transmitir a los agentes la mayor cantidad de información posible. Y esta, la del pozo, fue fundamental. El mediador, sin saberlo, dio a los agentes la pista que necesitaban. Puso los pozos en el foco de las pesquisas. Lo que ya sabían, más lo que les había dicho él mismo sin querer, hizo que empezaran a encajar las piezas del puzle.

Un tipo frío

Quizás lo que más llama la atención del personaje es su actitud. No ha perdido la calma en ningún momento. De hecho presenció cómo sacaban un cadáver (que resultó ser de Juan Miguel) de un pozo de su propiedad con una frialdad pasmosa. "No se inmutó", nos comenta Nardy.

Ella había sido prevenida por los investigadores de que iban a realizar el registro de la finca agrícola de Valdepeñas y de que pensaban que los restos de su marido podían estar allí. "El sospechoso estaba allí, con una frialdad única", señala. Eso es lo que le transmitieron los investigadores.

Después trascendió que él aseguró que no tenía nada que ver con la muerte del empresario y su abogado comunicó que se declaraba "inocente". Pero la fuerza de las pruebas que los agentes que llevan el caso tienen contra él no dejan lugar a dudas. Desde el día siguiente de la desaparición de la víctima ya tenían la imagen de Antonio conduciendo el coche de Juan Miguel, horas después de que se le viera por última vez.

¿Cruel y despiadado?

Según explica Nardy, los investigadores la han ido preparando para recibir la noticia del terrible desenlace y también para lo que está por venir. "Hace un mes que me dijeron que él no volvería, que empezara a aceptarlo", señala. Por eso está siendo capaz de mantener la calma en estos duros momentos.

"Me siento fortalecida, con una cierta paz", comentaba a LD poco después de que le comunicasen que habían encontrado un cadáver que podía corresponder a Juan Miguel. Ella estaba prevenida de que era muy probable que el martes se hallara sus restos. Conocer los pasos que iba a ir dando la Guardia Civil, le ha dado mucha tranquilidad.

Sabe que hay muchos detalles de los que no le dirán nada hasta que concluya la investigación. Pero es consciente de que lo han hecho así por el bien del caso y que le han tenido informada de todo aquello que no comprometía las actuaciones de los agentes. Para cuando llegue el momento de que le cuenten todo, también le han pedido que se prepare. "Puede haber mucha crueldad", le han advertido.

Manipulador e interesado

Por último, cabe concluir que se trata de un hombre manipulador e interesado. Todo apunta a que él convenció al segundo detenido por el homicidio de Juan Miguel para que le ayudara a esconder el cadáver. En esta línea iría la confesión de Gaspar R., su colaborador, por lo que se ha podido filtrar. El hombre, albañil jubilado, habría asegurado que Antonio es el autor material del crimen.

El móvil del asesinato de Juan Miguel, por cierto, sería económico. Esa es la hipótesis con la que trabajan los investigadores. Y esa sería la motivación de la desaparición de Jesús María González Borrajo en similares circunstancias, de confirmarse la implicación de Antonio C. V. en ella.

De hecho, es posible que incluso se abran nuevas diligencias para investigar otros hechos que podríamos calificar como "extraños" y que han sucedido alrededor del corredor en los últimos años. Sin duda, el que más llama la atención —dadas las coincidencias— es el supuesto suicidio de uno de sus socios, cuyo cuerpo fue encontrado en el interior de un pozo.

Temas

En España

    0
    comentarios