La tercera sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Logroño contra Francisco Javier Almeida por el crimen de Lardero ha acogido este miércoles los testimonios de varios padres de niños que jugaban con Álex -el niño de 9 años violado y asesinado- el 28 de octubre del 2021, cuando el acusado lo abordó en el parque y lo convenció para que fuese a su casa.
Según el relato de los agentes que participaron en la investigación, Almeida ya acudió al citado espacio para niños, cercano a su domicilio, con el propósito de "seleccionar a su víctima, la más vulnerable" para acometer los hechos que se le imputan. "Se sentó en un banco a observar y seleccionó" al pequeño. Antes se habría dirigido a la hija del matrimonio con el que se disponían a cenar sus padres, pero ella no quiso acompañarle.
Los testigos han dejado patente que el acusado solía molestar a los niños del barrio. Algunos incluso lo habrían puesto en conocimiento de la policía. Los menores le llamaban "el viejo", ha señalado la madre de la menor a la que intentó llevarse antes que a Álex el día de los hechos. Ella ha asegurado que llamó a la comisaría en dos ocasiones, la primera unos diez días antes del asesinato del menor y la segunda quince minutos después de que éste desapareciera.
El agente que la atendió le dijo "que estarían al loro", pero lamentablemente a esa hora Almeida ya había violado y matado al pequeño Álex. Todo ocurrió muy rápido. Sus padres habían acudido a un merendero situado junto al parque para cenar con unos amigos. Los niños jugaban fuera mientras llegaba la comida a la mesa. La menor que estaba con la víctima -hija del otro matrimonio- entró "diciendo que se lo había llevado un señor", ha explicado el padre del pequeño muy emocionado.
Detrás con el móvil
"Nos ha quitado la alegría", ha dicho con dificultad, "estamos como muertos en vida". Después, lograba recuperarse y continuar con el relato. Quería que quedara constancia de que él cree que Almeida no convenció a Álex para que subiera a su casa diciéndole que tenía un perrito y que tuvo que emplear la fuerza. El menor, ha asegurado, era "muy miedoso" con los animales. Normalmente se acercaba pero los veía a cierta "distancia". Así que no le parece que ese argumento fuese suficiente para que el niño decidiera ir con él.
Los niños más mayores tenían totalmente fichado al acusado. Cuando Álex desapareció uno de ellos buscó a su madre y le dijo: "Ha sido el hombre del banco, el que te dije que no me gustaba". Así lo ha asegurado este miércoles la mujer, que también ha afirmado que Almeida vigilaba a los niños. "Siempre estaba detrás de ellos con el móvil", ha añadido. En la misma línea ha declarado otra madre que llamó a la policía el 14 de abril de 2021 por este motivo.
Les invitaba a su casa
Una tercera mujer ha relatado el episodio que su hija y dos amigas vivieron diez días antes del crimen de Álex (con Almeida). "Estaban con un balón, se les escapó. Él lo cogió y, cuando se acercó la niña, le dijo que tenía pajaritos en casa", ha explicado, "que si querían verlos". Una de las menores se asustó y se lo dijo a su madre. Cuando los adultos se acercaron, el acusado se marchó. Ella llamó a la policía pero el agente le comentó que "si no había pasado nada" no se podía denunciar. Estos relatos indicarían que Almeida podía llevar tiempo buscando a su víctima.
Y eso que llevaba poco más de un año en libertad condicional. En abril de 2020, accedió al tercer grado con la oposición de la mayoría de los miembros de la Junta de Tratamiento de la cárcel de El Dueso (Cantabria), que consideró que había riesgo de reincidencia. Estaban en lo cierto. Era relativamente previsible, a la vista de su historial. En 1993, fue condenado a siete años de prisión por agredir sexualmente a una menor. Y en 2001 a un total de 30 años de cárcel por violar y asesinar a una agente inmobiliaria.