El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, ha comparecido este miércoles en la sede de su departamento. Lo ha hecho escasas horas después de la tormenta desatada en la Guardia Civil con la dimisión de su directora general, María Gámez, que se ha visto acorralada por el caso Mediador o Tito Berni y las investigaciones judiciales a su marido, Juan Carlos Martínez, imputado en las últimas horas en una de las causas relacionadas con el caso de los ERE.
"Ha sido una decisión injusta pero necesaria. No me cabe ninguna duda de la honorabilidad de la directora de la Guardia Civil ni antes ni ahora, no en el ámbito persona ni en el profesional", ha dicho el máximo responsable de la seguridad en España, que ha justificado la decisión en una supuesta nueva demostración de los "altos estándares de profilaxis de decencia democrática que practica este Gobierno".
"El cambio ha sido la citación como investigado del marido de María Gámez. En este gobierno tenemos unas cotas de limpieza democrática y responsabilidad ante la ciudadanía. En ese sentido, ha decidido que procedía presentar su dimisión y eso determina estándares muy elevados de decencia democrática y personal", ha insistido Marlaska, que ha tratado de desligar esta decisión del escándalo asociado al caso Mediador o Tito Berni.
Un tema, el de la corrupción interna en la Guardia Civil asociada a las correrías del exdiputado del PSOE Juan Bernardo Fuentes Curberlo, de la que no ha querido hablar. "La investigación está judicializada. Las unidades de Asuntos Internos y de Policía Judicial tienen todos los medios para cumplir con su trabajo. Son los primeros interesados en dar una respuesta a cosas fuera del ordenamiento jurídico", ha zanjado.
Marlaska no ha dudado también en deshacerse en elogios hacia la destituida Gámez, pese a que no ha dudado en fulminarla tan solo unas horas antes. De ella ha destacado "su nivel de gestión" y "su nivel de decencia democrática" que, a su juicio, "son difíciles de igualar", tras lo que la ha calificado como la mejor directora general que ha tenido el Instituto Armado en sus casi dos siglos de historia.