La Guardia Civil se encuentra en estos momentos bajo la sombra de la corrupción. Un hecho provocado, principalmente, por el denominado caso Cuarteles, es decir, la investigación judicial de contratos irregulares en las obras de renovación que se han hecho en los últimos años en trece comandancias del Instituto Armado. Una situación que tiene en prisión a un general retirado y bajo la lupa judicial a otro.
Por si fuera poco, se ha producido la dimisión de la que hasta hace unas semanas era la directora general de la Benemérita, María Gámez, cercada no sólo por el caso Cuarteles, sino también por la imputación judicial de su marido, Juan Carlos Martínez, que está acusado de prevaricación administrativa, malversación y blanqueo de capitales en una causa asociada al caso de los ERE, uno de los mayores casos de corrupción de la historia de España.
Es por ello que, en el acto de toma de posesión de Mercedes González como nueva directora de la Guardia Civil, tanto el caso Cuarteles como la corrupción y la dimisión de la anterior directora general han sido un tema clave. Todos los discursos que se han escuchado han apuntado a la misma dirección: la Guardia Civil no va a permitir la corrupción en su seno, estos casos no afectan al buen nombre del Instituto Armado y María Gámez era un ejemplo de honestidad.
La primera en enviar el mensaje ha sido la propia González. "Quiero hacer un reconocimiento a mi predecesora, María Gámez, cuya honradez y honestidad están muy por encima de cualquier ataque o descrédito", ha dicho, tras lo que ha añadido que "ha abierto una puerta que atravesarán después muchas otras mujeres", en alusión a que la recién dimitida ha sido la primera mujer en estar al frente de la institución.
Después, se ha centrado en la corrupción. Ha destacado que han sido los "mecanismos internos" del cuerpo los que han permitido descubrir actuaciones que son "objeto de reproche penal" y que estos controles "funcionan, han funcionado y seguirán funcionando, porque los mejoraremos". "Seremos inflexibles. Quiero transmitir un mensaje inequívoco de limpieza, de lealtad y de entrega porque el honor es nuestra divisa", ha añadido.
El siguiente en enviar el mensaje ha sido el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Él ha ensalzado el legado de la exdirectora dentro de la institución, ha destacado la "enorme labor" para dotar al cuerpo de capacidades para dar una respuesta "eficaz a los retos propios del siglo XXI" y ha afirmado que "ha sabido dejar parte de su impronta personal". "Además de por los logros, será recordada por su cercanía, empatía y capacidad de diálogo", ha añadido.
Tras esto, ha llegado lo relativo a la corrupción. Según ha dicho, "el reprochable comportamiento ético de un muy reducido, muy reducido grupo de guardias civiles" no va a empañar la labor que desarrolla el cuerpo desde hace casi dos siglos y ha asegurado que quien pase los límites va a ser sancionado. "Quiero proclamar que sus reprochables acciones no quedarán sin sanción", ha insistido el máximo responsable de la seguridad en España.