
El presidente de la Generalidad, el republicano Pere Aragonès, ha utilizado la intervención institucional que abre las celebraciones de la Diada del 11 de septiembre, la fiesta autonómica catalana, para lanzar una soflama exigiendo una "segunda fase de la negociación" que concluya en un referéndum separatista.
En plena negociación sobre la amnistía y en abierta competencia con Junts para capitalizar los éxitos separatistas en la negociación con el PSOE y Sumar para la investidura de Sánchez, Aragonès ha elevado el tono de las reivindicaciones. La amnistía es cosa hecha, según el relato del dirigente republicano, por lo que la siguiente estación es el referéndum de autodeterminación.
Aragonès ha sostenido al respecto que "hay que iniciar de forma inmediata una nueva fase de la negociación centrada única y exclusivamente en el fondo de conflicto, una nueva fase de la negociación en la que el Gobierno del Estado y el de Cataluña acuerden cómo dar respuesta a la voluntad mayoritaria de la ciudadanía de Cataluña de decir votando cuál debe ser el futuro político del país"
Según Aragonès, "tenemos la oportunidad de resolver el conflicto de soberanía con el Estado. Ahora es el momento. La vía es clara y cada vez son más los que la practicamos: firmeza, negociación y democracia". Tras la alusión al regreso de Junts per Catalunya (JxCat) a la senda de la negociación, ha apuntado que tal negociación sirve para "superar definitivamente la represión y asentar las bases para que la ciudadanía de Cataluña pueda decidir sin ningún límite el futuro político del país".
"Cataluña ha frenado a la extrema derecha"
El dirigente independentista ha insistido a lo largo del discurso en el referéndum de autodeterminación y también ha trufado la intervención de alusiones a la amnistía y a los resultados de las pasadas elecciones generales: "Cataluña ha frenado a la extrema derecha. Y Cataluña tiene la llave de la gobernabilidad del Estado. Por eso debemos aprovechar esta fuerza para hacer posible todo aquello que hasta ahora no era posible. La amnistía como garantía de que nadie más entrará en la cárcel y que los exiliados y las exiliadas volverán en libertad".
En ese pasaje se ha referido además a cuestiones de índole práctica como el traspaso de la red ferroviaria de Cercanías y el fin del supuesto déficit fiscal de Cataluña. Pero enseguida ha vuelto a la carga con la amnistía y la autodeterminación al afirmar que "la amnistía, por sí sola, no resuelve el conflicto de soberanía con el Estado. Cataluña quiere votar libremente sobre la independencia. Y hasta que el Estado español no dé respuesta a esta reivindicación democrática el conflicto existirá".
El presidente catalán ha insistido varias veces en la "segunda fase" de una negociación y ha sacado pecho de lo conseguido hasta ahora por ERC. "Hace cuatro años, en una situación similar a la actual, conseguimos sacar a los presos políticos de la prisión. Y ahora, con la fuerza que tenemos como país debemos hacer posible la amnistía, una mejora inmediata del bienestar de la ciudadanía y dar un nuevo impulso a la negociación con el Estado para establecer las bases para que Cataluña vote. La amnistía es el punto de partida de la etapa que ahora iniciamos. No es el final de nada y el Estado lo sabe", ha advertido.
El catalán, lengua única
Aragonès también ha cargado las tintas en materia lingüística aprovechando que esta edición de la Diada está dedicada al impulso del catalán y la erradicación del español: "Hoy más que nunca hay que dar un nuevo impulso a la lengua catalana, el pilar de la nación y un elemento del todo esencial para la cohesión social del país". Además, no ha tenido empacho en atribuirse el mérito de la introducción del catalán en el Congreso y en el Parlamento europeo. "Supone un gran avance hacia el pleno reconocimiento nacional de Cataluña", ha dicho.
Además, ha insistido en la inmersión en las escuelas y ha llamado a combatir las políticas lingüísticas de las comunidades vecinas, que ha calificado de "intentos de la derecha y la extrema derecha de arrinconar el catalán en Cataluña y también las Islas Baleares, el País Valenciano, la Franja y la Cataluña norte". "Mantener viva la lengua pasa por eso, por reforzar la escuela en catalán como herramienta fundamental para la equidad y la igualdad de oportunidades. La Cataluña de los ocho millones de habitantes debe ser la Cataluña de la plena normalización lingüística; mantener viva la lengua es clave para que siga siendo el cimiento que cohesiona un país plural y diverso", señaló.