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Condenado a cuatro años y medio de cárcel el exconsejero de Interior que le puso escolta al prófugo Puigdemont

Miquel Buch contrató como asesor a un sargento de los Mossos, también sentenciado, que ejercía de guardaespaldas del expresidente catalán en Bélgica.

Miquel Buch contrató como asesor a un sargento de los Mossos, también sentenciado, que ejercía de guardaespaldas del expresidente catalán en Bélgica.
El exconsejero de Interior de la Generalidad, Miquel Buch, en una sesión del Parlament. | Cordon Press

Cuatro años y medio de cárcel y nueve de inhabilitación es la pena que la Audiencia de Barcelona ha impuesto a Miquel Buch, consejero de Interior de la Generalidad en tiempos de Quim Torra. La sentencia considera probada la malversación de fondos públicos, por la que se le impone la pena de cuatro años y medio de prisión, así como la prevaricación, que acarrea la inhabilitación. El fallo también impone las mismas condenas a Lluís Escolà, el sargento/asesor de los Mossos que aseguró que ejercía de escolta del prófugo Carles Puigdemont en su tiempo libre y del que el huido afirmó que era un "gran patriota".

El fiscal Pedro Ariche reclamaba una pena de seis años y medio de cárcel para Buch y quince de inhabilitación y de cuatro y medio de prisión para el Escolà y trece de inhabilitación. Este mando de los Mossos fue quien organizó la fuga de Puigdemont, una acción que según el departamento de Asuntos Internos de la Policía Autonómico fue una "falta disciplinaria" por no avisar a sus superiores. Como "castigo" fue enviado a prestar servicio a una comisaría de Martorell entre noviembre de 2017 y julio de 2018, pero ni siquiera llegó a personarse en esas dependencias.

Con posterioridad, Escolà fue fichado por el entonces consejero Miquel Buch en calidad de asesor del departamento de Interior aunque en realidad se dedicaba a coordinar las tareas de protección del expresidente catalán fugado en Bélgica. El sargento figuró como asesor de la consejería catalana de Interior entre julio de 2018 y marzo de 2019.

Las defensas de Buch, que ejerce Judith Gené, y las de Escolà, a cargo de Isabel Esbal y Gonzalo Boye, también letrados de Puigdemont, han anunciado que recurrirán la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Durante el juicio, sus patrocinados negaron todos los cargos. La vista contó con una intervención telemática del propio Puigdemont, quien aseguró que Escolà le acompañó en algunos viajes en calidad de "amigo". Según Escolà, los cargos corrían de su bolsillo, una aseveración inverosímil según la Fiscalía.

El testimonio de un purgado de los Mossos

En el juicio también participó como testigo el intendente de los Mossos Toni Rodríguez, que era quien capitaneaba la División de Investigación Criminal y quien llevó a cabo las investigaciones sobre las actividades de Buch y Escolà. Rodríguez fue purgado por el actual consejero de Interior, el exsocialista Joan Ignasi Elena. En la vista, Rodríguez afirmó que Buch creó una plaza a medida para Escolà a fin de que pudiera dedicarse a proteger al golpista fugado.

Buch fue uno de los elementos más destacados del separatismo durante los años álgidos del proceso separatista. Alcalde convergente de Premià de Mar, presidió la Asociación de Municipios por la Independencia. Fue premiado con el puesto de consejero de Interior tras la intervención de la Generalidad en virtud del artículo 155 de la Constitución y le tocó ejercer el cargo durante la pandemia. Sin embargo, cayó en desgracia porque según Torra no le comunicaba importantes detalles del día a día de la consejería, razón por la que fue cesado. Por su parte, Escolà obtuvo la baja de los Mossos en julio de 2019 por una lesión en la columna vertebral.

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