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Encuentran a la menor que había dejado una carta inquietante en Benicarló

La Guardia Civil ha localizado a Mónica, que tiene 15 años y llegó de Colombia hace dos años con su familia.

La Guardia Civil ha localizado a Mónica, que tiene 15 años y llegó de Colombia hace dos años con su familia.
Cartel de búsqueda de Mónica Viuche, desaparecida el 11 de septiembre. | SOS DESAPARECIDOS

Mónica Viuche Poloche desapareció el lunes 11 de septiembre en Benicarló, donde vivía con su familia desde que llegaron de Colombia hace dos años. Hasta este miércoles su familia no ha sabido nada de ella. La Guardia Civil la ha localizado y ya la habrían devuelto a su domicilio.

El día que desapareció, su madre la vio "muy feliz, contenta para irse para el colegio". Era el día en que comenzaban oficialmente las clases en la Comunidad Valenciana. Esa mañana todo se desarrolló según lo previsto. "Se arregló, preparó las cosas de ella y se fue", relata Erika en declaraciones a Libertad Digital.

Faltaban unos minutos para las ocho de la mañana cuando la chica, de 15 años, salió de casa para acudir al IES Ramón Cid de Benicarló. Sus padres le ofrecieron llevarla al centro "pero como ya estaba grandecita y ella decía que no, que se iba sola, la dejamos". Cuando no volvió a casa a la hora de comer, saltaron todas las alarmas. Sus amigas llegaron sobre las 14:30 horas. Y no era habitual en ella que llegara tarde o se ausentara sin avisar.

El primer día sólo tenía una hora de clase, aunque no se lo comunicó a sus padres. Wilson y Erika la llamaron hasta la saciedad, pero no consiguieron hablar con ella. "Timbraba, pero ella no se atrevía a contestar", señala su madre. A las 15:48 horas, Mónica manda un mensaje de WhatsApp para informarles de que "había dejado una carta y que se iba por voluntad de ella".

Una nota extraña

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Sus padres se quedaron petrificados, "la niña" -como ellos la llaman- "nunca había hecho algo así". Había tenido algunos comportamientos que achacaron a la rebeldía propia de la adolescencia, pero jamás pensaron que pudiera llegar a marcharse de casa. Lo que más les preocupaba era dónde y con qué tipo de personas podría encontrarse.

En la nota que dejó a sus padres hablaba en plural, como si se tratase de un grupo. Mónica les aseguraba que podían "estar tranquilos", que se iba "por voluntad de ella", que "le iban a dar estudios" y "la iban a cuidar". Se mostraba "como muy segura de lo que le habían brindado", señala su madre. "Pero esa leyenda es como que de pronto alguien se la dirigió, porque ella no es de expresarse así", añade. Y lo peor es que no tienen ni idea de quién podría ser.

Se estaba distanciando

Su grupo de amigos era muy reducido y sus padres no le han conocido ningún novio. Desde el primer momento los padres han dado por hecho que debe de tratarse de alguna persona a la que haya podido conocer a través de las redes sociales. "Últimamente ella estaba muy metida en lo del móvil", reconoce Erika. Es uno de los cambios que identifican en el comportamiento de la menor. También que llevaba dos semanas en las que no quedaba con sus dos mejores amigas y evitaba hacer planes con su familia.

Cuando sus padres le decían que iban a salir, "ella decía: no, yo no quiero ir. También estaba como distanciándose de sus amigas". "Quería estar sola. Nosotros la dejábamos a ver si se le pasaba", explica su madre, "ahora pienso que ella ya tenía esto como planeado". Por lo que nos cuenta Erika, que ha hecho un esfuerzo por recordar todos los detalles de la fuga, Mónica llevaba días preparando su ropa.

La menor le preguntaba por prendas de invierno que estaban guardadas. "Una semana antes de irse me preguntó por unos conjuntos, que tenía el pantalón pero no tenía la chaqueta porque la tengo aparte con la ropa de frío", relata. "Solamente se llevó las dos mudas que se le compraron el sábado anterior, porque había pedido ropa, unos zapatos, calcetines y unas cosas para el colegio".

La búsqueda de Mónica

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Antes de que la Guardia Civil localizase a la joven, los padres sólo deseaban con todas sus fuerzas que Mónica volviese a casa: "Hay tantas cosas que pueden suceder... Y ella es una niña", exclamaba su madre.

"A veces me preguntaba: Mami, ¿tú sabes esto? ¿Y esto?". Como es lógico, quiere proteger a su hija hasta que ella tenga la madurez suficiente como para enfrentarse a la vida sola.

Por otra parte, Erika también ha agradecido el apoyo que ella y su marido han recibido de sus vecinos y amigos de Benicarló, de sus familiares y amigos desde Colombia, y muy especialmente de la asociación SOS Desaparecidos y la Guardia Civil. "Se han volcado en la búsqueda de Mónica desde el principio", afirma, "nos sentimos muy agradecidos".

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