Hasta Salvador Illa se ha asustado del oxígeno inyectado por su propio presidente y compañero de partido, Pedro Sánchez, en Junts y ERC. Illa no gobierna, pero daba por hecho que tenía la batalla ganada a los separatistas oficiales tras haber quedado como primera fuerza tanto en las autonómicas como en Cataluña en las últimas elecciones generales. Pero, ahora, tras la humillación y sumisión mostrada por Sánchez en sus negociaciones con los separatistas, los socialistas catalanes temen que el rumbo cambie, que se agite de nuevo el golpismo y que su tendencia ascendente pierda, cuando menos, ritmo. La respuesta del PSC ha sido tan inmediata como cínica e inconsecuente. Tras pedir diálogo y cesiones al separatismo, ahora presentan, con fecha del día después de la investidura de Sánchez, un informe que afirma que la gestión de los socios del PSOE ha provocado la salida de nada menos que el 55% de la inversión extranjera.
Salvador Illa ha vuelto de inmediato a reivindicar su Gobierno Alternativo -como llama a esa especie de observatorio constituido por los socialistas para intentar demostrar que ellos serían capaces de gobernar menor que ERC o, en el pasado, Junts-. Así, mientras defiende la "satisfacción por la investidura del presidente, Pedro Sánchez porque abre un camino de esperanza, ilusión y convivencia en Cataluña y España", señala que uno de los socios estrella de Sánchez está destrozando Cataluña.
De este modo, el Gobierno Alternativo del PSC para Cataluña acaba de aprobar dos informes. El primero, sobre la ciberdelincuencia en Cataluña, "un tema importante que en los últimos tiempos está creciendo en Cataluña". Y el segundo, más frontal, sobre la inversión extranjera en Cataluña. Y la principal conclusión de este segundo estudio es que "la inversión extranjera en Cataluña se ha reducido un 55% en un año". Y es que el "Índice de Competitividad Regional construido por la Comisión Europea permite analizar la capacidad de Cataluña para atraer inversión extranjera". Y el resultado es pésimo.
El informe asegura, en concreto, que "la inversión extranjera en Cataluña en el primer semestre de año ha caído un 54,58% […]. Se trata de la peor cifra de inversión extranjera en Cataluña en el primer semestre desde el año 2014. Y esta caída es 29 puntos porcentuales superior a la del conjunto del Estado".
Un resultado que tiene todo que ver con la gestión de ERC -socio estrella del PSOE- y sus ansias separatistas -plasmadas y blindadas en la amnistía negociada en la investidura de Sánchez-.
Las conclusiones de este segundo informe son demoledoras: "Cataluña está atrayendo inversión extranjera por debajo de sus posibilidades pese contar con todos los requisitos necesarios para atraer inversión extranjera".
El estudio, además, destaca que "las comunidades que atraen a mayor inversión extranjera comparten una serie de características como son: una mayor intensidad en I+D+i, mayor capital humano, mejores infraestructuras y un tamaño de mercado elevado". Pero "Cataluña es la comunidad autónoma que cuenta con las instituciones con peores calificaciones". Es más, "Cataluña no obtiene una buena calificación en materia de educación superior. Este indicador no sólo mide el nivel de educación superior, también mide la formación continua (tanto en las personas ocupadas como en las que se encuentran en situación de desempleo)". Y Cataluña también sale mal parada.
Por último, el informe concluye que "Cataluña cuenta con un gran potencial para atraer inversión extranjera, pero necesita abordar urgentemente las deficiencias identificadas". Y entre ellas figura, causalmente, la falta de estabilidad: justo el resultado provocado al máximo nivel por el apoyo sistemático a la ruptura con España.
El cinismo llega al grado máximo cuando el informe del PSC recomienda como gran solución "tomar conciencia de la importancia que tiene la estabilidad y confianza institucional y el impacto negativo que ha supuesto para la actividad empresarial y la economía la inestabilidad de los últimos años". Y lo dice después de que su partido haya despenalizado o deslegitimado la inmensa mayoría de mecanismos legales para evitar un golpe separatista.