Este martes los socialistas han dado un nuevo paso en la sumisión al separatismo más ultra. El primer secretario del PSC-PSOE, Salvador Illa, exministro de Pedro Sánchez y parte del eje negociador con los partidos separatistas, inauguraba la jornada "Fortalecer el catalán", celebrada en el Casal Socialista Joan Reventós. Y lo hacía para escuchar a miembros de las entidades más radicales de un separatismo lanzado de cabeza hacia un nuevo golpe. En esas jornadas intervenían miembros de Òmnium, entidad cuyo máximo responsable ya fue condenado por el 1-O y que ahora llama abiertamente a la "desobediencia civil" hasta la "independencia".
En el acto se desarrolló la mesa redonda "Cómo fortalecer el catalán en un mundo global y audiovisual". Allí se encontraban miembros del Comité de Expertos de la Carta Europea de Lenguas Regionales o Minoritarias, profesores del ámbito separatista y una persona miembro de una entidad muy delicada: Marina Gay, directora de CATESCO y Miembro de la Junta Directiva de Òmnium Cultural. La mesa estuvo moderada por la diputada socialista Esther Niubó.
Y allí se debatió como impulsar y "fortalecer" el catalán, no el español, no el bilingüismo, no: el catalán en una comunidad en total inmersión lingüística y donde no existe un solo colegio público donde ser educado en español y donde no dejan de incumplirse las sentencias judiciales para permitir un 25% de enseñanza en español.
Hay que recordar que el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, fue, además, condenado a 9 años de cárcel por sedición en el 1-O. Que usó su último turno ante el Tribunal Supremo en aquel juicio para afirmar lo siguiente: "No tengo ningún arrepentimiento, lo volvería a hacer". Que el Supremo confirmó que Cuixart y Jordi Sànchez -ANC- fueron "verdaderos conductores" de lo ocurrido entre el 20 de septiembre y el 1 de octubre de 2017. Y que Òmnium es la entidad elegida ahora por el PSOE para debatir su "fortalecimiento" del catalán.
Control y medidas contra la "desobediencia"
Y hay que recordar igualmente que los actos netamente radicales de Òmnium y la Asamblea Nacional Catalana han vuelto. Reclaman abiertamente el mantenimiento de una supervisión permanente sobre Pedro Sánchez para garantizar que el Gobierno cumple por completo la agenda separatista pactada por el PSOE con Junts y ERC. Y exigen un comportamiento adicional que suena mucho más a la vuelta al golpe puro y duro que a una mera supervisión del cumplimiento de los pactos de investidura. Y es que en sus últimos actos se habla ya de adoptar medidas de "desobediencia". Todo ello, pasados escasos días de la firma de los pactos y de la investidura de Pedro Sánchez.
"¡Volvamos a hacerlo!", han dejado escrito en algunos de sus últimos pasquines distribuidos en los más recientes actos que cuentan con el apoyo de Òmnium y la Asamblea Nacional Catalana (ANC). "Movilización y desobediencia civil hasta un acuerdo de paz", añaden otros párrafos. Todo ello, en un ambiente de llamadas plenas a un nuevo golpe separatista, con declaración unilateral de independencia incluida, y reclamación de una independencia sin esperas.
Es decir, exactamente igual que en los años previos a 2017, año del famoso 1-O ahora amnistiado.