Pedro Sánchez diseña una nueva intromisión en la Comunidad de Madrid y el resto de territorios del PP. Quiere alterar la regulación en materia de "patrimonio cultural" y lo quiere hacer bajo la eterna argumentación del "cambio climático".
Con este fin el PSOE pretende que se impulse "junto con las Comunidades Autónomas y la FEMP, cada una dentro de sus competencias y en coordinación entre sí, una estrategia de actuación para la preservación del patrimonio cultural y abordar el cambio climático y su impacto".
Y eso, ¿qué puede suponer? Pues un intento de introducir parámetros ecologistas del Gobierno de Pedro Sánchez en la normativa autonómica.
Así, el plan del PSOE busca, en primer lugar, realizar un seguimiento del "patrimonio cultural que sea icónico y visible para el público como un activo para crear conciencia sobre el impacto del cambio climático y enfatizar la urgencia de la acción climática". En segundo lugar, "participar en las iniciativas internacionales impulsadas por el Consejo de Europa, la Unión Europea, la UNESCO y las organizaciones internacionales de patrimonio cultural, que desarrollen actuaciones para el seguimiento y mapeo de las vulnerabilidades del patrimonio y busquen orientación para evaluar el impacto del cambio climático en las diferentes categorías del patrimonio cultural".
Los siguientes puntos del plan señalan que se deberá "investigar el impacto de las estrategias tradicionales de adaptación y mitigación inherentes al patrimonio cultural, como el agua, los incendios y la gestión de riesgos; y el uso tradicional de la tierra y la biodiversidad; las interconexiones entre el entorno construido y natural; la eficiencia energética, la ventilación y refrigeración natural; los materiales de construcción locales, el mantenimiento y la reutilización en la economía circular".
Igualmente los socialistas hablan de "impulsar un modelo de evaluación del estado del patrimonio para considerar los impactos del cambio climático en diferentes categorías de patrimonio cultural y, en particular, desarrollar una mejor comprensión de las causas principales y los efectos acumulativos, monitorear y mapear las vulnerabilidades del patrimonio y establecer datos e indicadores comparativos a nivel nacional".
Y, por último, el partido de Sánchez pretende "utilizar herramientas de evaluación del ciclo de vida y evaluar las normas técnicas y los requisitos de eficiencia energética para adaptarlos a las necesidades específicas del sector del patrimonio, también para preservar la autenticidad y la integridad de los espacios con patrimonio". Además de "fomentar la gestión eficiente de los recursos y la energía para combinar la utilización de distintos tipos de soluciones tecnológicas con soluciones sostenibles tradicionales que forman parte e impactan en el patrimonio cultural".
Y, en todo ello, el PSOE pretende colarse en el patrimonio cultural de las comunidades autónomas.