La investidura, la toma de posesión, el nombramiento de los consejeros, su toma de posesión, el traspaso de las "carteras"... La llegada de los socialistas al poder en Cataluña parece el abigarrado programa de actos de las fiestas de un pueblo. El programa se abrió el jueves con la sesión de investidura y la suelta de Carles Puigdemont tras el chupinazo de un discurso del prófugo en el centro de Barcelona.
A partir de la elección del socialista Salvador Illa en el Parlament, se suceden los actos "solemnes" con una puesta en escena en la mejor tradición del independentismo. Este lunes se ha repetido parte de la "liturgia" con la toma de posesión de los consejeros del nuevo Govern, que han prometido el cargo con una fórmula de la que han desaparecido la Corona y la Constitución en favor del "cumplimiento de la ley con lealtad al presidente de la Generalidad". Tampoco había rastro de la bandera de España y como suele ser norma, el himno catalán a todo trapo (Els Segadors) y cantado por las autoridades e invitados puestos en pie y en posición de firmes ha cerrado el evento.
El nuevo presidente de la Generalidad ha aprovechado su discurso para destacar la creación de la consejería de Política Lingüística fruto del pacto con ERC y para afirmar que "la defensa del catalán es la defensa de la columna vertebral de la nación catalana". También ha vuelto a agradecer la labor del Govern saliente y de Pere Aragonès.
Tras posar para los fotógrafos los nuevos consejeros se dirigen a las sedes de sus departamentos para el traspaso de poderes con sus antecesores. Este martes, como es habitual en la Generalidad, se llevará a cabo la primera reunión del Ejecutivo de Illa, en el que destacan los dos consejeros exaltos cargos de ERC (Francesc Xavier Vila y Sònia Hernández) en Política Lingüística y Cultura y el fichaje de Miquel Sàmper, exconsejero de Interior con Torra, para el área de Empresa. También destaca este gobierno por ser el más poblado de todos los autonómicos, con un presidente y dieciséis consejerías. Le sigue el País Vasco con quince y a gran distancia están otros ejecutivos como el madrileño, con nueve áreas de gobierno.