Una memoria del máster ligado a la cátedra inventada para Begoña Gómez —pese a carecer de la más mínima titulación universitaria oficial— ha despertado el interés del Juzgado que instruye el caso contra los negocios de la mujer del presidente. Se trata de una memoria con la que se habría justificado ante los patrocinadores el supuesto éxito de los trabajos de Begoña Gómez. El pequeño problema es que el pretendido éxito es tan falso como la tesis doctoral de su marido.
Begoña Gómez habría remitido una memoria hablando de que ese máster ligado a la cátedra de Transformación Social Competitiva habría cosechado casi 250.alumnos. Pero el resto de testimonios han hablado de "unos años entre siete u ocho alumnos" y el siguiente algo más de veinte. Todo un pinchazo que, obviamente, no justificaría el mantenimiento de todo el entramado entregado por la Complutense a la mujer del presidente, que tuvo hasta capacidad para impulsar concursos públicos como el del software que, más tarde, para colmo, se quedó en su propia sociedad privada tras ser pagado con fondos públicos, más la donación de Indra, Telefónica y Google.
Los datos no encajan
El juez ha pedido ya aclaraciones sobre esa memoria porque los datos no encajan de ninguna de las maneras y los primeros que han destacado que se fiaron de lo que les avaló la Complutense para patrocinar la cátedra de Begoña Gómez, han sido los dos mayores pagadores de esa cátedra extraordinaria: Reale y la Fundación la Caixa.
Lo cierto es que las declaraciones en sede judicial de los patrocinadores de la cátedra de la mujer del presidente del Gobierno pueden dar un giro al caso Begoña Gómez. Los responsables de los dos principales patrocinadores –Reale Seguros y la Fundación la Caixa– aseguraron que fue directamente Begoña Gómez la que les contactó para obtener su respaldo económico. Y, por lo tanto, que fue ella la que les dio los datos principales tras, eso sí, confirmar la Complutense que cumplía con los requisitos, según les transmitió la propia mujer del presidente ¿Pero por qué les contactó a ellos? Ignacio Mariscal, CEO de Reale, aseguró que él no tenía contacto previo con la mujer de Sánchez, pero fue David Sanza, un corredor de seguros bastante conocido en el mercado, el que les puso en la línea de actuación de Begoña Gómez. ¿Y quién es Sanza? Pues, entre otras cosas, un amigo totalmente íntimo, no de Begoña Gómez, sino de Pedro Sánchez. De hecho, fueron compañeros del Ramiro de Maeztu.
El papel de Sánchez en la cátedra de su esposa
Por la parte de la Fundación la Caixa, la relación nació de un acto oficial de Sánchez al que acudió su mujer. Y allí aprovechó para contactarle.
Traducido: que todo pasó por la labor o amistades de Sánchez. Y eso significa que, con muy elevadas probabilidades, quien promovió el patrocinio de la cátedra de la mujer del presidente no fue ella, sino él: el propio presidente del Gobierno. Igual que fue en la sede de la presidencia de él –la Moncloa– donde se citó al rector Goyache que, a su vez, ordenó hacer la cátedra de la "mujer del presidente" antes de contar con los patrocinadores exigidos por la normativa de la Universidad Complutense. Y, en medio de todo ello, conviene recordar que Sánchez se negó a declarar ante el juez Peinado cuando el magistrado acudió a Moncloa a tomarle declaración en condición de testigo.
Así consiguió la mujer del presidente el apoyo económico de la cátedra, es decir, los fondos que justificaron ante la Complutense sacar su cátedra extraordinaria. Pero, además, lo hizo dando por hecho que la cátedra salía: "Se va a hacer la cátedra", dijo al responsable de Reale. La versión ha sido dada ante el juez por el propio Mariscal –CEO de Reale– y encaja como un guante con la testifical del entonces vicerrector Doadrio, que aseguró que a finales de septiembre el rector de la Complutense, Joaquín Goyache, le llamó para decirle que había que hacer la cátedra de la mujer del presidente. Y todo ello sucedió en septiembre: antes de que se firmara el convenio exigido por la norma de la Universidad Complutense para comenzar a tramitar la cátedra, una irregularidad que alguien deberá explicar el motivo por el que se permitió con Begoña Gómez. Y es que la Universidad exige de forma general que la cátedra llegue financiada para aceptarla. Aquí fue justo al revés. Y con llamada a un patrocinador preseleccionado por el amigo personal de Sánchez.
La Fundación La Caixa y Reale Seguros fueron los patrocinadores de la Cátedra de Begoña Gómez. Y han afirmado ante el juez Peinado que apoyaron la cátedra por el respaldo de la Universidad Complutense a esa cátedra, no porque ellos tuvieran un conocimiento previo de la preparación de Begoña Gómez. Es decir, que la Complutense se había comprometido a sacar la cátedra de la mujer del presidente antes de confirmar los patrocinadores.