La nueva presidenta electa de México mantiene su animadversión contra España, la misma que ya mostró AMLO (Andrés Manuel López Obrador), a quien sucede en el cargo. Así, la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, la candidata oficialista que se impuso en las elecciones del pasado 3 de junio frente a Xóchitl Gálvez, ha vetado a España al acto de toma de posesión que tendrá lugar el próximo 1 de octubre en Ciudad de México.
Es tradición que el Rey de España acuda a las tomas de posesión de los presidentes electos en toda Hispanoamérica, por lo que este veto tiene una relevancia especial. Tanto que ni siquiera el Gobierno de Sánchez, miembro destacado del Grupo de Pueblo, y habitualmente amable con las narcodictaduras del continente americano, ha podido mantenerse al margen
El Gobierno de España ha calificado este veto de "inaceptable" y no enviará a ningún representante. Don Felipe ha venido asistiendo tradicionalmente a las inauguraciones de los presidentes iberoamericanos, primero como Príncipe de Asturias y luego como Rey, aunque en algunas ocasiones y por distintos motivos, la representación ha recaído en otro alto cargo del Estado.
El presidente en funciones de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que la nueva presidenta electa podría retomar las relaciones bilaterales, que puso en "pausa" en 2022 al considerar que no existía "una actitud de respeto" por la parte española. "Ahora que se dan los cambios, hay una oportunidad con la presidenta, Claudia Sheinbaum, que es una mujer muy inteligente, muy respetuosa, muy fraterna, y además conocedora de ls hitoria del México y el mundo", declaró en una conferencia el pasado mes de julio.
Fue en 2022 cuando López Obrador volvió a poner el foco de sus críticas sobre España, algo que ha venido haciendo de forma recurrente desde que llegó al cargo en diciembre de 2018, pausando las relaciones entre ambos países y pidiendo a Felipe VI una disculpa por la Conquista.